Letizia no domina (o no tiene ni puñetera idea) de inglés. La reina de España ha vivido dos momentos biográficos: el inicial, cuando todo el mundo exageraba sus méritos, y el actual, en que incluso los muertos escriben mal de ella. En el libro póstumo de Carlos García Calvo, Letizia de la A a la Z de la editorial La Esfera de los Libros, no solo se habla del problema de la reina con el alcohol. El ácido periodista recientemente desaparecido describe los problemas de Letizia con los idiomas.
Según la reseña del libro del digital Jaleos, García Calvo hunde a Letizia: "Cuando se conoció que Letizia Ortiz Rocasolano, una periodista muy culta y preparada, sería la prometida del entonces futuro rey, se alabaron 'las dotes de la prometida del príncipe de Asturias como lingüista, asegurándonos que hablaba nada menos que ocho idiomas".
Pero era todo mentira. Ni ocho ni dos. Castellano y justito. Lo sabe García Calvo por una anécdota que le explicaron de las primeras reuniones de princesas y reinas europeas donde iba la novata de Letizia. Su intérprete inglés-castellano en las reuniones de reinas era la argentina Máxima de Holanda, y por eso la sentaban a su lado.
García Calvo, biógrafo de Letizia: "Según contaban los asistentes a la boda del príncipe heredero de Dinamarca y Mary Donaldson, en su primer acto oficial como futura royal, a Letizia hubo que sentarla al lado de Máxima de los Países Bajos que, como argentina, hablaba español. Por lo visto, el inglés de Letizia por aquella época era casi inexistente". TVE la había enviado a Washington a cubrir algún combate electoral pero de inglés iba flojita. Inexistente dice Calvo.
El libro de la A en la Z promete. Acaba como era García Calvo, sarcástico: "Desde entonces, la hemos escuchado hablar en catalán y en un inglés con ligero acento hispano, que sumados al español serían tres. ¿Cuáles serían los otros cinco a los que se refería su hagiógrafo?. Ni ocho, ni cinco ni tres. Uno y medio: castellano y espanglish.