Hoy es un día triste para la reina Letizia. Como los últimos 15 años cuando llega este 7 de febrero. Tal día como hoy, pero de hace 15 años, fallecía su hermana Érika Ortiz a los 31 años. Una fecha amarga que se suma a la que ya tuvo que vivir hace unos días, el pasado domingo 16 de enero, cuando su queridísima abuela, Menchu Álvarez del Valle, hubiera cumplido ni más ni menos que 94 años.
Pero la periodista murió el pasado julio, motivo por el cual, este 16 de enero fue el primer aniversario de su abuela que no pudo llamarla para felicitarla o irla a ver y estar un rato con uno de sus referentes. Y ahora, nuevo día triste para la asturiana, nueva efeméride luctuosa.
Pero por si no fuera suficiente, explican que la reina lleva unos días hasta la gorra y que quiere hacer cambios en Zarzuela con una costumbre que la incomoda profundamente. Una situación que se vive con su cuerpo de seguridad particular. Desde hace años, el servicio de Seguridad de Zarzuela, que integra a la Guardia Civil y a escoltas pertenecientes a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, se creó para estar al cargo de la familia real.
Seguridad que corre a cargo de miembros de la Guardia Civil. Dentro de Zarzuela, la Guardia Civil integra el grupo de apoyo, motoristas, escoltas y grupo de control, que a menudo van al lado de Letizia, Felipe y compañía vestidos de paisano y permanentemente comunicados entre ellos.
Pero Letizia parece que está harta. Según el portal Monarquía Confidencial, de fuentes con acceso habitual a Zarzuela, "existe un conflicto en materia de seguridad debido a que Doña Letizia ha dejado ver, en más de una ocasión, que no quiere a su lado agentes de la Guardia Civil. La reina ha comentado en más de una ocasión, y así le han escuchado en su entorno, que desearía que quienes le escolten sean personas de condición civil, no militar como es el caso de los miembros de la Guardia Civil, un cuerpo de naturaleza castrense".
Muestras de rechazo hacia los miembros de la Guardia Civil que se ocupan de su seguridad inmediata, hay a espuertas. Situación que está "generando tensión entre los escoltas", dicen. Recordamos el encontronazo con un escolta durante una visita a Sevilla cuando al salir del coche oficial tropezó y le dijo al escolta de manera dura: "¡Casi me mato! ¿No lo has visto? No me has avisado".
Otro momento conflictivo fue cuando los reyes y sus hijas fueron a un concierto del violinista Ara Malikian y una mujer de público les hizo una foto por la espalda y la subió a redes. Letizia, explican, "achacó este suceso a un fallo de seguridad cometido por un escolta, que fue apartado del servicio a petición suya". Según el citado medio, "no se trata de hechos aislados, sino que son continuas las muestras de desagrado".
Letizia lo quiere controlar todo. Incluso, los agentes de seguridad que trabajan para ella... ¿Se saldrá con la suya?