Casa Real vivió un hecho histórico y muy emotivo. Las caras de Felipe y Letizia radiaban felicidad, y es que su hija Leonor cumplía la mayoría de edad y juraba la Constitución ante el Rey. Fue un día agotador que terminó con una fiesta de cumpleaños en El Pardo. La reina quiso que fuese de carácter privado, íntimo y discreto. Fueron sus únicas condiciones para que aceptase a los Borbones, especialmente a Juan Carlos I. No obstante, hizo todo lo posible para que no se filtrase ninguna fotografía del interior. Ni tan siquiera Zarzuela publicó imágenes de ese día. Teléfonos móviles totalmente vetados a la entrada. No podía permitir que el futuro reinado de Leonor y su intachable imagen se fuesen a pique.
Letizia quiso tener todo bajo su control. Supervisó absolutamente todo. Desde las horas de llegada, el menú, la decoración, incluso donde se sentaría cada invitado para no provocar discusiones y tensiones, algo que no pudo evitar. Si las miradas hablasen por si solas, matarían, como la suya misma al ver a Juan Carlos I.
Letizia no quiso despedirse de los Borbón: feo gesto
Felipe consiguió su propósito de reunir otra vez a toda la familia después de una década. Solo faltaron algunos de sus sobrinos, Victoria Federica, Juan y Pablo Urdangarin. Entre el resto de invitados encontramos a los reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía; Irene de Grecia; las infantas, Doña Elena y Doña Cristina; sus primos, Irene y Miguel Urdangarin, y Froilán; la Infanta Doña Margarita; Ana de Dinamarca junto a su hija Alexia de Grecia y su marido Carlos; Miriam Ungría y su hijo Boris; Cristina de Borbón dos Sicilias, Pedro López-Quesada y su hijo, Pedro Pablo; Kardam de Bulgaria y Carla Royo-Villanova y Kalina de Bulgaria, Kitin Muñoz y su hijo entre otros.
Después del cóctel, los invitados abandonaron El Pardo a cuentagotas. El primero fue sorprendentemente Juan Carlos quien se quedaba sin casa para dormir y podría volverse con su avión privado. También se fue su hermana, la infanta Margarita que está muy delicada de salud. Poco después salió con el coche oficial. Conducía ella y justo al lado aparecía sonriente la infanta Sofía. Felipe se quedó en el interior del palacio con su familia.
El rey se quedaba hasta el final para cerrar las puertas de palacio y despedirse de todos y cada uno de los invitados. Letizia puso una excusa para no tener que despedirse de una familia a la que no soporta. Los rumores sobre la mala relación entre familias sale de nuevo a la luz.