Hace ya más de un mes que la princesa Leonor se embarcó en el Juan Sebastián Elcano. Corría el 11 de enero cuando ella y el resto de cadetes y tripulantes partieron desde el puerto de Cádiz, bajo la atenta mirada de sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia. Una etapa en la que Leonor será observada con lupa.
Como viene siendo habitual en Letizia, la consorte exigió a los tripulantes que la mantuvieran informada de todo lo relacionado con Leonor. Se conoce que Letizia siempre ha sido muy controladora y no quiere dejar detalles al azar.
La reina Letizia quiere conocer hasta el último detalle de los avances de Leonor
En esta línea, la reina ya pidió informes diarios a los responsables de la Escuela Naval de Marín. Y también lo hizo cuando la princesa estuvo en la Academia Militar de Zaragoza. Letizia quería conocer de primera mano lo que hacía Leonor, sus evoluciones, la dieta que sigue o con quién se relaciona.
Esta actitud no ha sido algo repentino con la mayoría de edad de la heredera. En el pasado, Letizia también mantuvo un control estricto sobre su hija. Y no solo dentro de los muros de Zarzuela. También lo ejerció cuando Leonor iba al colegio Santa María de los Rosales, así como en su estancia en Gales, donde se tuvieron que tomar medidas con una compañera.
A lo largo de su paso por el UWC College, donde estuvo internada mientras completaba el Bachillerato, Leonor hizo varias amistades, muchas de las cuales mantiene hasta el día de hoy. Sin embargo, no todas eran bien vistas por la reina, quien recibió informes constantes sobre los compañeros de su hija. Fue en ese contexto que se detectó la presencia de una joven con un comportamiento problemático, lo que llevó a Letizia a tomar medidas drásticas.
La reina Letizia interviene en las amistades de la princesa
Esta estudiante, descrita como simpática y extrovertida, era conocida por su afición a las fiestas, el alcohol y, presuntamente, el consumo de drogas. A pesar de ser bien recibida en el grupo de Leonor y otras alumnas del colegio, su actitud empezó a preocupar a varios padres. Fue entonces cuando Letizia, siempre atenta a la vida de su hija, decidió intervenir.
Al conocer estos detalles, la reina exigió a los responsables del centro educativo que su hija se distanciara de esta joven. No era solo una decisión personal, sino una acción respaldada por otros padres que también estaban preocupados por la influencia que podría ejercer sobre sus hijos. De inmediato, los profesores y tutores del colegio tomaron cartas en el asunto y aseguraron que la relación entre Leonor y su amiga problemática se enfriara.
Aunque la decisión de alejar a Leonor de esta joven fue estricta, la heredera al trono entendió la importancia de mantener su imagen y formación intactas. La relación con su amiga quedó cortada de raíz, convirtiéndose en un episodio más dentro de la férrea vigilancia que su madre ejerce sobre ella.