Si hay alguien de la casa real a quien se ha relacionado con retoques estéticos en el cirujano plástico, esa ha sido la reina Letizia. La consorte siempre ha sido muy cuidadosa con su aspecto físico y ha sido objeto de observación minuciosa por sus cambios físicos. Y los expertos en la materia han intentado arrojar luz sobre las modificaciones en su apariencia.
Lo más evidente son la rinoplastia, que implica una corrección de nariz, y la mentoplastia, un rebajado de barbilla. Pero la lista, aunque ni ella ni desde la casa real nunca lo hayan reconocido, es más larga.
Larga lista de operaciones estéticas
Además de estas intervenciones, expertos aseguran que la Letizia se ha sometido a inyecciones de bótox para eliminar arrugas en la frente y los ojos. También se ha hablado del uso de ácido hialurónico en pómulos y ojeras, así como de una elevación de la cola de la ceja para elevar la mirada. Otras operaciones incluirían un lipolifting de ojeras, el perfilado de los labios para hacerlos más carnosos y un retoque en el mentón para suavizar su rostro. Además, también se ha rumoreado que podría haber utilizado ortodoncia invisible para alinear su sonrisa y que se habría sometido a una intervención para eliminar las bolsas de Bichat.
Pero la lista de operaciones no termina aquí. Varios informantes señalan una intervención a la que Letizia se habría sometido antes de casarse con Felipe y convertirse en reina. Esta operación (doble) habría implicado hasta seis horas en el quirófano, pero curiosamente ha pasado desapercibida y nunca se menciona entre las supuestas operaciones de Letizia.
Letizia cambió sus orejas antes de ser reina
Es comprensible que esta intervención no haya salido a la luz, ya que existen muy pocas fotografías de entonces. En aquellas imágenes se podía apreciar que Letizia tenía unas orejas prominentes o "de soplillo".
Sin embargo, siempre lograba disimularlas llevando el pelo suelto. No obstante, hubo un momento en el que esos peinados desaparecieron, lo que explica ya se habría sometido a una otoplastia, o lo que comúnmente se conoce como "pegarse las orejas".