Cuando falta poco más de un mes para Nochebuena, en la Zarzuela ya tienen listos todos los preparativos. Tal y como ha revelado Pilar Eyre en uno de sus artículos para la revista Lecturas, los  miembros de la familia real ya se han organizado.

Por un lado está el rey emérito Juan Carlos I, que según la cronista, pasará la Nochebuena en Ginebra junto a su amante, Marta Gayá, y sus hijas, las infantas Elena y Cristina. Además, podrían acudir algunos de sus hijos de estas con sus respectivas parejas.

Mientras tanto, a casi 1.400 km de Ginebra, la cena navideña en Zarzuela estará dividida en dos núcleos diferentes. Por un lado, la reina Sofía cenará con su hermana, Irene de Grecia, conocida cariñosamente como "tía Pecu", en un espacio separado. Ambas compartirán una velada tranquila, como se ha vuelto costumbre en los últimos años, lejos de la mesa que reuniría a Felipe VI, Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.

Felipe Letizia Leonor Sofia GTRES

La reina Sofía, sustituida en la mesa de la cena de Navidad

Pero no será una cena de cuatro, sino de seis. Porque según la crónica de Eyre, el lugar que tradicionalmente habría ocupado Sofía en la mesa principal será cedido a la madre de Letizia, Paloma Rocasolano, y a su pareja, Marcus Brandler. Según Eyre, esta decisión refleja el distanciamiento evidente entre la reina consorte y su familia política. Letizia, que mantiene una relación fría y tensa con Sofía y el resto de los Borbones, habría optado por fortalecer la presencia de su propio entorno familiar en este tipo de eventos.

La cena principal tendrá lugar en el Pabellón del Príncipe, donde Felipe VI, Letizia y sus hijas compartirán mesa con Paloma y Marcus. Este gesto se puede considerar como un intento por parte de la reina de priorizar a su núcleo más cercano, aunque implique relegar a Sofía y a Irene a un segundo plano.

EuropaPress Reina Sofía e Irene de Grecia

Sofía se quedará con Irene y solo coincidirá con Felipe VI en algún momento de la noche

Esta situación no es nueva. Pilar Eyre recuerda cómo Letizia ha ido marcando distancia con las tradiciones familiares de la casa real desde que se convirtió en reina. Ejemplo de ello es su ausencia en actos simbólicos, como el rastrillo benéfico fundado por Pilar de Borbón, donde Sofía sí participó. Para Letizia, según Eyre, estas actividades, asociadas a “un ambiente pijo que detesta”, no encajan con la imagen más moderna y sobria que busca proyectar.

El distanciamiento de Sofía no solo se limita al ámbito de las festividades navideñas. Su exclusión de la mesa principal en una noche tan simbólica refuerza la idea de que Letizia busca consolidar una nueva narrativa familiar, en la que el pasado Borbón queda cada vez más arrinconado.

Sofía, sin embargo, no estará sola. La reina emérita, que en años anteriores compartió estas celebraciones con su hijo y sus nietas, pasará la velada con su inseparable hermana Irene. Ambas acudirán a la Misa del Gallo, donde coincidirán brevemente con Felipe VI, antes de retirarse a sus aposentos.