Malos tiempos para Letizia y Felipe. El próximo mes de mayo los reyes celebrarían sus veinte años de casados, pero este día tan importante ha quedado deslucido tras la aparición sorpresa de Jaime del Burgo. El ex de Telma Ortiz rompió su silencio hace unos meses para conceder su testimonio a Jaime Peñafiel para su último libro sobre la reina, sin embargo, como el periodista solo plasmó un 1% de toda la información que le facilitó, ha decidido contar él el 99% restante en otro libro, pero ya ha avanzado algunos detalles. Según el abogado, la reina habría sido infiel al rey con él durante varios años. Ese sería el verdadero motivo de la crisis matrimonial que sufrieron en 2013.
Jaime del Burgo aportó una cronología para todas aquellas personas que dudaban de la veracidad de sus palabras. Asegura que la conoció a principios de los 2.000, y en 2003 rompieron, justo cuando él le iba a pedir matrimonio, ella le confesó que había conocido al príncipe. En 2004, poco después de la boda retomaron el contacto porque Letizia se vio sobrepasada por la situación. Y mantuvieron una relación intermitente a espaldas del monarca hasta 2011, año en el que fueron descubiertos porque Felipe y Juan Carlos empezaban a sospechar de esa otra vida.
Siempre según la versión del abogado, Letizia estaba muy enamorada de Jaime del Burgo, de hecho tenía serias intenciones de abandonar Zarzuela y dejar a Felipe. Hubiese sido una humillación que Casa Real no podía consentir. El entonces príncipe le recordó que Leonor y Sofía se quedarían en Zarzuela con él como figuraba en las capitulaciones matrimoniales. Y esa es la única razón por la que la reina dio una segunda oportunidad a su matrimonio y a la corona.
Letizia y Jaime del Burgo tenían una relación en exclusividad
Letizia se veía con Jaime del Burgo en un apartamento de Madrid, en Barcelona o en los viajes internacionales, incluso alguna vez en Zarzuela cuando Felipe no estaba. Entre 2009 y 2011 su relación era en exclusividad. La reina no sentía nada por el padre de sus hijas y tenía claro que quería separarse. Dormían en habitaciones separadas, no mantenían relaciones íntimas, por eso tampoco tuvieron más descendencia.
"Uno puede tener una pareja marxista y convivir con ello porque el amor es más grande que la ideología. No me gusta el calificativo de "amantes" para referirse a la relación que tuvimos Letizia y yo, que algunos emplean. No cuando hablamos de años de amor consolidado, exclusividad, ilusiones y proyectos compartidos, del deseo mutuo de tener hijos y de envejecer dándonos la mano. Tú lo sabes porque supongo que algo habrá en los archivos que hayas visto".