El final del año 2024 está resultando especialmente complicado para el rey emérito Juan Carlos I, cuya figura vuelve a ser centro de polémicas que han sacudido los ya frágiles cimientos de la monarquía española. Los escándalos recientes no solo han manchado aún más su ya deteriorada imagen pública, sino que también han provocado tensiones dentro de la familia real, poniendo en jaque la estabilidad que tanto ha intentado proteger la reina Letizia.
Una de las mayores controversias de los últimos meses ha sido la revelación de que el emérito creó una fundación secreta para beneficiar a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, evitando que su patrimonio pasara por el control de la Hacienda Pública. Este movimiento, considerado por algunos como una estrategia para burlar las leyes fiscales, ha sido interpretado como otro ejemplo de los manejos financieros cuestionables que han caracterizado el reinado y la vida de Juan Carlos I.
La indiscreción de Juan Carlos I devuelve a la reina Letizia a su posición de poder
A este escándalo fiscal se suma la publicación, por primera vez, de fotografías comprometedoras de Juan Carlos I con Bárbara Rey, una de las mujeres con las que se le ha vinculado románticamente en el pasado. Estas imágenes, difundidas por una revista holandesa, no solo confirman la existencia de su relación, sino que también han desatado una ola de críticas. Aunque se sabía de sus relaciones extramatrimoniales, nunca antes habían salido a la luz pruebas tan concretas. Entre las mujeres que ocuparon un lugar importante en la vida del emérito destacan, además de Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayà, relaciones que han costado millones de euros a la Casa Real para mantenerlas en el silencio.
Estos nuevos capítulos de escándalo han dejado claro el impacto negativo de Juan Carlos I en la reputación de la monarquía, pero también han significado un inesperado giro en la posición de la reina Letizia dentro de Zarzuela. La consorte no ha dejado de luchar en las últimas dos décadas por mejorar la imagen de la corona, con el fin de preservar el futuro reinado de su hija mayor, la princesa Leonor. Sin embargo, Letizia había perdido poder en los últimos meses a raíz de las declaraciones de Jaime del Burgo.
Según el abogado ex marido de Telma Ortiz, Letizia mantuvo relaciones extramatrimoniales con el hasta el punto de plantearse dejar la monarquía y mudarse a Estados Unidos. Unas revelaciones que llevaron a la casa real a relegar a la reina a un segundo plano. Su imagen era la que entonces estaba dañando la institución.
La reina Letizia no quiere ni ver a Juan Carlos I
Los nuevos escándalos de Juan Carlos I, sin embargo, la ha devuelto a su lugar. Ha recuperado la fuerza y ha tomado las riendas de la corona. Nuevamente ha demostrado que Juan Carlos I puede hacer mucho daño al reinado de Felipe VI y al futuro de su hija Leonor.
Todo ello llega cuando en Zarzuela se están organizando las fiestas navideñas. Unas fechas en las que Letizia ha puesto una serie de normas, algunas de las cuales afectan directamente al emérito.
Juan Carlos I pretende ver a sus nietas Leonor y Sofía en Navidad. Quiere pasar unos días en España y aprovechar para encontrarse con las hijas de Felipe y Letizia. La consorte, sin embargo, se ha negado por completo. Ni quiere ver a su suegro ni quiere que este vea a sus hijas. Una decisión que ha generado discrepancias y alguna que otra discusión en el matrimonio. Felipe se encuentra en la tesitura de obedecer a Letizia por el bien de la corona o dar luz verde a su padre, teniendo en cuenta su edad y que su estado de salud no es el más óptimo.