El matrimonio de Felipe y Letizia ha sido cuestionado en numerosas ocasiones, pero en esta ocasión no faltan razones. Hace años que se habla de un posible cese de la convivencia entre los reyes, siguiendo el ejemplo de Juan Carlos y Sofía, pero en estos últimos meses, con las declaraciones incendiarias de Jaime del Burgo, se apuesta por un matrimonio de conveniencia. Como si la relación hubiese sido una falsa y nunca se hubiesen querido, simplemente hubiesen firmado una relación contractual por el beneficio de ambos.
Este verano ha sido uno de los más atípicos, Felipe y Letizia han tenido la excusa perfecta para pasar tiempo separados sin levantar mucha polvareda. Se han turnado para apoyar a los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos de París. La reina la primera semana y el rey la segunda, de esta forma solo se han visto un par de días para enseñar unidad familiar ante los ciudadanos.
Según varios testigos, los reyes habrían pasado las vacaciones familiares por separado. Felipe VI tenía un viaje de Estado el 15 de agosto, concretamente a República Dominicana, para asistir a la toma de posesión de su presidente. Casa Real habló seriamente con ambos y les obligó a reaparecer en Madrid compartiendo un plan de ocio. Los reyes pasearon por el centro de la capital madrileña y acudieron a cenar a una de sus marisquerías favoritas, ‘La Lonja’. Con esta aparición querían zanjar todos los rumores de una mala relación.
Los reyes se fueron cada uno por su lado al salir del restaurante
Sin embargo, los periodistas se quedaron fuera esperando a su salida y se dieron cuenta que la cena no era más que un paripé y que no existe ningún tipo de amor entre ellos. Los reyes entraban muy sonrientes al restaurante y saludaron a las cámaras y ciudadanos a su entrada. Una vez sentados en la mesa, mientras les atendían, la reina hizo uso de su teléfono móvil, compartieron muy pocas palabras juntos. La madre de Leonor y Sofía no despegaba la mirada del teléfono, y Felipe estaba muy aburrido. Salieron del restaurante cansados y uno tras el otro.
Los reyes se dieron un baño de masas en el restaurante con aquellas personas que quisieron acercarse para saludarles. Pero los periodistas se dieron cuenta que después se fueron por separado. Cada uno por su lado y en un coche oficial con diferente dirección.