La Reina Letizia, premiada por su marido Felipe como feminista ejemplar, no ha hecho huelga este 8-M. Tenía una cita en Salamanca, en la final de la Copa de la Reina de baloncesto, que ha presidido por primera vez en la historia de la competición. Allí la hemos visto, en el palco, rodeada de hombres. De mujeres, poquitas, en la zona noble del pabellón. Letizia se ha presentado en el recinto cuando faltaban poco más de tres minutos para al inicio del partido entre el Perfumerías Avenida de Salamanca y el Uni Girona, superando su fobia a trabajar los fines de semana. Ha hecho una excepción para apoyar al deporte femenino, como ya vimosen la final de Copa femenina de fútbol. El estreno escondía una sorpresa desagradable para ella, pero que su esposo y suegro conocen bien: una pitada llamativa de los aficionados catalanes cuando ocupaba su asiento y sonaba el himno español.
Sí, no ha sido como en las finales entre Barça y Athletic de Bilbao, donde miles y miles de catalanes y vascos abuchearon a la Corona y al himno al unísono. En el pabellón de Castilla y León, obviamente, los aficionados españolistas eran mayoría. Pero los silbidos se han escuchado de lo lindo por televisión, como una especie de contrapunto al 'lolololo' habitual con el que el unionismo tararea su canción preferida. La Reina ha aguantado estoicamente, pero ya sabe cómo las gastamos a Catalunya. Ya se lo podía imaginar, con el alboroto de los Premios Princesa de Girona, pero ahora lo ha probado de primera mano.
Buena pitada se ha llevado de regalo
— Juampy Sudón (@juampysudon) 8 de marzo de 2020
No he visto un partido de basket en la vida hulio
— balonoencesto (@balonoencesto1) 8 de marzo de 2020
Y sin guantes.....
— AXTER����️IDEZ*2024*ChiZtes (@ReyJuanManArma1) 8 de marzo de 2020
Saludos al suegro, esperamos verlo sentado ante un tribunal inglés muy prontito.
— Partido CorruPPto (@c072075) 8 de marzo de 2020
Realmente, el vuestro es un país diferente al mío
— Jordi Palmer (@jordi_palmer) 8 de marzo de 2020
El esfuerzo dominical de Letizia ha sido mayúsculo: ha trabajado mucho el brazo y la muñeca saludando en los coronaliebers y entregando el trofeo. Afortunadamente para ella se ha ahorrado un disgusto mayor, porque las ganadoras de la final han sido las de Salamanca. Imaginen el panorama si tuviera que entregar la Copa a las catalanas. El sidral hubiera sido maravilloso.