Para Letizia habría una mano negra que se ha encargado personalmente de destruir su carrera como monarca, ella sabe perfectamente de quién podría tratarse, y la mayoría de mortales también. Su peor enemigo, Juan Carlos I. El emérito nunca ha soportado a la presentadora de informativos, primero de todo por el simple hecho de ser una plebeya. Los desplantes entre ambos siempre han sido una constante. La madre de Leonor y Sofía ha esperado su momento hasta que ha podido echar para siempre al exmonarca de la corona. Ella era conocedora de sus fechorías y sabía que algún día cometería un fallo que le beneficiaría. En 2014 se vio en la obligación de abdicar, y en 2020 de sufrir la mayor humillación de la historia, el exilio. Desde hace cuatro años reside formalmente en los Emiratos Árabes, aunque sus visitas a España por cortos periodos de tiempo cada vez son más habituales.
Letizia ha conseguido su propósito de eliminar a los Borbó de la corona, quería garantizar su reinado y el de Felipe VI, pero también el futuro de Leonor. La princesa es el rostro de la corona mejor valorado, y además nadie lo relaciona con aquel famoso apellido. Sin embargo, la imagen de la monarca nunca ha sido del todo buena. Siempre se la ha visto como una mujer fría, distante, controladora y demasiado calculadora. La tachan de altiva, y esto la aleja completamente de la ciudadania. Por este motivo, Casa Real está haciendo un lavado de imagen y acercándola cada vez más al público.
Letizia no soporta a los niños, evita cualquier acto con ellos
La reina se suele dar un baño de masas en cada uno de los eventos en los que aparece. Letizia habla con la multitud y se deja hacerse algunas selfies. Conecta con las mujeres de su edad, o incluso más mayores, pero con los niños pequeños y adolescentes no se lleva muy bien, básicamente porque aunque ha sido madre de dos niñas, no los soporta. Siempre que le toca ir a una inauguración de un curso escolar en septiembre o a una entrega de premios con niños lo pasa realmente mal, le da demasiada pereza, por eso a los premios de pintura envían a la infanta Elena.
En uno de esos eventos en los que los niños eran los protagonistas, también estaban las madres, ya que normalmente se graba para los medios de comunicación y hay que pedir autorizaciones para salir en las imágenes al ser menores. Estas madres definieron a Letizia como una persona grosera y altiva. Fue muy impertinente, demasiado creída, cuenta una de las madres que vio la verdadera cara de la monarca en primera persona, tal y como destapa Laura Rodríguez.