Ya es oficial: la guerra entre Letizia y Sofía nunca se ha solucionado sino que sigue y es cada vez más cruenta. El odio que se tienen las reinas era un rumor de periodistas sin pelos en la lengua como Pilar Eyre o Jaime Peñafiel pero el 1 de abril de 2018 toda la Casa Real saltó por los aires. Aquella misa de Pascua en la Catedral de Palma acabó con la mentira de la familia feliz: Letizia humilló repetidamente a su suegra en público y después nos hicieron creer que se reconciliaban. Nada más lejos de la realidad. Esta semana se cumple un año de aquella vergüenza monárquica y Sofía y Letizia han hecho dos gestos públicos para dejar claro que se detestan.
Sofía ha aceptado presidir un acto en la misma isla de Mallorca donde hace un año se hundió la imagen de la consorte. Por pura sed de venganza la reina Letizia ha aprovechado el primer acto público que tenía esta semana para vestirse con la misma ropa que la que llevaba en aquella misa de Pascua: la célebre blusa de puntos blancos y un pantalón oscuro. No son semejantes sino las mismas:
Letizia es plenamente consciente de cómo se interpretará su gesto: las primeras revistas del corazón ya lo han calificado de "retorcida" (Semana). La consorte ha querido gritar "Aquí estoy yo!"La paradoja es que el acto que presidía la reina era de la Confederación de Salud Mental España. Lo han leído bien, un coloquio sobre salud mental. ¿Quién parece que se deja llevar por la venganza, el rencor y la ira? ¿A quién no le importa quedar ante toda España como una loca? Letiza pierde la cabeza.