La reina Letizia ha demostrado, desde el comienzo de su matrimonio con Felipe VI, ser una mujer controladora y profundamente calculadora. Cuando asumió el rol de reina consorte, tomó las riendas no solo de su hogar, el Pabellón del Príncipe, sino también del Palacio de la Zarzuela y de la propia corona tras la abdicación de Juan Carlos I. Esta actitud, que le ha permitido mantener un férreo control sobre su entorno, se ha extendido también a la educación y la imagen pública de sus hijas, Leonor y Sofía.

Desde que eran pequeñas, Letizia ha ejercido una notable presión sobre ellas. Por un lado, evitó sobreexponerlas públicamente, pero por otro, se aseguró de que su infancia estuviera estrictamente regulada. La reina controlaba hasta los detalles más pequeños, como su alimentación, eliminando los ultraprocesados y los precocinados, y optando por una dieta basada en superalimentos. Incluso en la escuela de sus hijas, modificó los menús escolares, enviando personalmente uno adaptado cada semana. Esta tendencia de supervisión continuó en el internado de Gales al que asistió Leonor, y aunque en las academias militares donde ahora se forma la princesa el control es más complicado, Letizia sigue intentando estar informada de cada detalle.

Felipe Letizia Leonor Sofia pelo GTRES
Felipe, Letizia, Leonor y Sofía / GTRES

Letizia, muy controladora con sus hijas Leonor y Sofía

Más allá de la alimentación, la reina se interesaba por el rendimiento académico de sus hijas, llegando a solicitar informes detallados sobre sus calificaciones y actividades. Además, exigía conocer a fondo las compañías de Leonor y Sofía, recurriendo incluso al CNI para investigar a las familias de sus amigas y parejas. Letizia no dejaba lugar a la improvisación; quería saberlo todo.

En la actualidad, con Leonor y Sofía ya mayores de edad y comenzando a disfrutar de más independencia, el control de Letizia ha adquirido nuevas formas. La reina es consciente de que sus hijas no son mujeres normales, sino figuras clave de la realeza española, y cualquier comportamiento fuera de lugar podría afectar a su futuro y a la imagen de la institución.

Letizia, Leonor y Sofía
Letizia, Leonor y Sofía

Las apariencias son lo primero

Uno de los temas que más preocupa a Letizia es evitar que Leonor y Sofía caigan en vicios como el alcohol o el tabaco. La princesa de Asturias ha sido vista en discotecas, tanto en Zaragoza como en Marín, donde testigos aseguran que fumaba cigarros electrónicos en las puertas de los locales. Aunque no existen pruebas fotográficas, la información habría llegado a la reina. Ante estos rumores, Letizia intensificó su control.

De acuerdo con fuentes cercanas, cada vez que Leonor y Sofía salen de fiesta, la reina las somete a estrictas revisiones al regresar a casa. Esto incluye pruebas para detectar si han consumido alcohol, tabaco o cualquier otra sustancia. En algunas ocasiones, incluso ha recurrido a test de drogas, realizados por el equipo médico que atiende a la familia real en la Zarzuela. Estos controles, llevados a cabo bajo estricta privacidad, son parte del esfuerzo de Letizia por garantizar que sus hijas proyecten una imagen intachable.

Para Letizia, no se trata solo de proteger la salud de Leonor y Sofía, sino de preservar su papel ejemplar como futuras representantes de España. La reina quiere que ambas sean un modelo a seguir para los jóvenes, y por eso, su obsesión por mantenerlas alejadas de cualquier conducta que pueda manchar la imagen de la monarquía. De puertas hacia fuera, la perfección es innegociable.