Jaime del Burgo, supuestamente, decidió romper el silencio tras su distanciamiento con la Casa Real. Han pasado varios años de incógnito, pero era consciente de que tenía en su poder el secreto más insospechado de Zarzuela. Aseguró que Letizia le habría sido infiel a Felipe VI con él. De hecho, lo suyo empezó incluso antes de que la experiodista conociera al que fuera el heredero a la Corona. Al parecer, su romance tuvo altibajos, lo increíble es que estuvieron juntos gracias a múltiples artimañas. Se habla de viajes a Suiza con coches de alquiler a nombre de otros para no despertar sospechas. Nuevas informaciones que impactan a propios y extraños.
Si bien Letizia inició su relación con Felipe VI teniendo poco apoyo, con el tiempo se fue ganando la admiración y el aprecio de muchos. Su imagen era la de una mujer segura, exitosa, correcta y responsable. Unos pilares sobre los que se había estado apoyando la Corona tras los acontecimientos con Juan Carlos I y el Caso Nóos de Iñaki Urdangarin. Pero esta postura imperturbable y triunfante se viene abajo con las aseveraciones de Jaime del Burgo, el exmarido de su hermana Telma Ortiz.
Tanto es así que Jaime Peñafiel ha dedicado sus últimos escritos a este drama que parece ser cierto. En el libro Letizia y yo, Peñafiel describió algunos de los puntos más relevantes de esta relación. La colaboración del navarro fue absoluta y es así como pudo establecer una cronología y destapar este escándalo monumental. Sin embargo, no escribió toda la historia. Hay aspectos que decidió callar porque le parecían demasiado íntimos. Eso sí, el abogado está dispuesto a exponer la verdad y para ello está preparando un material. Por ahora, sabemos un detalle más de cómo realizaban sus encuentros.
Así es como Letizia lograba escabullirse sin despertar sospechas
Aparentemente, Letizia y Jaime tenían distintos planes para verse sin sacrificar la discreción. Lo principal era que alquilaban distintos pisos en Madrid, Barcelona y otros viajes fuera de España. Se habla, a su vez, de una habitación en Zarzuela donde se citaban cuando el rey estaba fuera por compromisos institucionales.
La asturiana lo tenía más difícil, su situación era muy delicada y lo arriesgaba todo. No podía moverse con total libertad ni pasar de incógnito. Pero se las arregló para despistar a sus escoltas en varias ocasiones. Su madre, Paloma Rocasolano, y su hermana, Telma, eran cómplices. Entonces, decidieron que sus encuentros más seguros debían ser en otras ciudades y aprovechar la agenda institucional.
Para ir a Suiza, informan que la reina alquilaba un coche a nombre de su madre, que estaba de acuerdo con ceder sus datos. Este era el medio ideal para viajar sin tener contacto con otras personas ni dejar alguna señal de su paradero. Es por ello que estos años de relación extramatrimonial pasaron inadvertidos para muchos.
Las escapadas de Letizia y sus estrategias para mantener su amorío con Jaime del Burgo bajo perfil hablan de lo mucho que le importaba en ese entonces. Hoy por hoy es seguro que saber que sus historias están a un paso de ser descubiertas debe ser una pesadilla. Después de todo, lo que más ambiciona es seguir en el trono y ser la reina madre algún día.