El reinado de Juan Carlos I pasó de ser intachable a convertirse en un escándalo internacional tras su polémico accidente en Botswana en 2012, donde se encontraba cazando elefantes junto a su entonces amante, Corinna Larsen. Este suceso no solo desveló una vida de lujos y excesos, sino que puso a toda la Casa Real en una posición comprometedora.
Letizia, siempre atenta a proteger la imagen de su familia, sabía que las acciones de su suegro podían poner en jaque la monarquía. Por ello, fue una de las principales impulsoras de la "limpieza" en la Zarzuela. Su estrategia culminó en la abdicación forzada de Juan Carlos I en 2014 y, años más tarde, en su exilio a los Emiratos Árabes. Pero, detrás de su aparente búsqueda de transparencia, se esconde una conexión financiera que ha generado innumerables interrogantes.
Los secretos de las tarjetas Black de la Casa Real
Uno de los capítulos más oscuros de este drama palaciego gira en torno a las famosas tarjetas Black, que no solo beneficiaron a Juan Carlos I, sino también a buena parte de la familia Borbón. De hecho, según fuentes cercanas a la Casa Real, la reina Letizia habría utilizado estas tarjetas en sus días como princesa de Asturias, aunque siempre bajo el radar.
La clave estaba en la relación entre Letizia y la reina Sofía, quien poseía una tarjeta financiada directamente con el dinero del emérito. Ambas mujeres mantenían una relación aparentemente cordial, y no era extraño verlas de compras en Madrid, París o Londres. ¿Quién pagaba? Siempre Sofía, utilizando la cuestionada tarjeta. Incluso los vestidos y accesorios que Letizia lució en eventos oficiales fueron, en gran parte, adquiridos gracias a estos fondos.
Juan Carlos I aseguraba el flujo de dinero mediante métodos polémicos, como maletas llenas de billetes que llegaban a España desde Abu Dabi. Este dinero no solo beneficiaba a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, sino también a sus nietos, especialmente a Froilán y Victoria Federica, quienes gozan de un estilo de vida ostentoso gracias a tarjetas de crédito con límites desorbitados.
El control absoluto de Letizia en la Zarzuela
Cuando Felipe VI asumió el trono, Letizia tuvo claro que la monarquía debía modernizarse y desmarcarse de los escándalos del pasado. Su primera medida fue cortar cualquier lazo financiero con el emérito. Así, pidió que sus hijas, Leonor y Sofía, no recibieran ningún tipo de apoyo económico de su abuelo, algo que marcó un punto de inflexión en la relación familiar.
Sin embargo, su propio pasado con las tarjetas Black plantea dudas sobre la narrativa de "perfección" que tanto ha trabajado para construir. ¿Hasta qué punto Letizia puede desvincularse de las sombras del emérito cuando también formó parte de su entramado financiero? En medio de todo, Letizia continúa reforzando su imagen como la reina que salvó a la monarquía. Sin embargo, las conexiones con el dinero de su suegro y su implicación indirecta en los manejos financieros de la Casa Real siguen siendo un tema incómodo que, tarde o temprano, podría salir a la luz.