De la reciente visita de los reyes de España a Cádiz, en el marco de la inauguración del IX Congreso Internacional de la Lengua Española en Andalucía, se ha hablado, más allá del protocolario acto, de una escena poco habitual de los reyes y, como siempre, del look de Letizia. Por mucho que un diario como el Daily Mail inglés diga de ella que "se ha abandonado" porque lleva alguna cana, la asturiana escogió un look despampanante, un diseño de Cho Atelier, de tono rosa, con falda de corte recto y una pequeña apertura delante, y un explícito nudo a la altura del ombligo. De largo midi, habitual en la asturiana, lo ha combinado con el bolso de mano, del mismo tono o con los pendientes, un diseño en plata de ley con baño de oro rosa y pavé de circonitas multicolor y piedras semipreciosas. Felipe, como siempre, sobrio en la vestimenta, pero por un día se soltó cuando un grupo de personas que tocaban el cajón lo emplazó a apuntarse. Letizia, estirada como un palo, no se atrevió, pero el Borbón sí que se puso, por poco rato, a hacer ir las palmas.
El encuentro en Cádiz se amenizó después con el habitual yantar donde los monarcas no se privaron de nada. Menú típico con productos de la zona y los reyes pusiéndose las botas: ensalada de atún de almadraba en escabeche ligero de vinagre de Jerez con verduritas confitadas de primero. Y de segundo, unos lomos de dorada de ésteres al horno sobre marinera de verduras. Y de postre, timbal de chocolate negro con salsa de cítricos. Toda la manduca acompañada de vinos blancos y negros Barbablava. Después de la sobremesa, concierto de flamenco en el Gran Teatro Falla, con Letizia vistiendo un Hugo Boss estrenado hacía cuatro años, pendientes de Tous y zapatos negros con bastante tacón de la marca italiana Aquazzura. Por un día, sin embargo, no fue el look escogido por Letizia lo que sorprendió más de su presencia ante los vecinos de la zona y las cámaras.
Y es que Letizia apareció con una evidente herida, incluso con sangre, cosa poco habitual en ella. Una explícita herida que se hizo en el codo del brazo izquierdo, que en el impass entre los actos de la mañana y los de la noche se mostró. Así, mientras a primera hora no se le observaba nada, ya que llevaba manga larga, por la noche sí que se le observaba de manera clara, ya que el vestido que llevaba no lo escondía, ni tampoco utilizó ningún apósito para cubrirla. Tal como dicen en Vanitatis, que se han fijado, "no parece que la herida sea reciente, ya que, a tenor de su aspecto, está en pleno proceso de curación".
Sorprende, sin embargo, ver a Letizia con una herida así. Una demostración (por si todavía había algún palmero que se lo creía), de que la reina, como todos, no tiene la sangre azul, sino roja... Lo que tiene diferente del resto de mortales son los privilegios.