La masacre de San Valentín este año no fue como la de Chicago hace un siglo con Al Capone asesinando a unos cuantos gángsteres. Fue en Barcelona, concretamente en la segunda Torre Puig en l'Hospitalet. El asesino era Capone sino Jaime del Burgo. Su particular regalo a su querida Letizia por San Valentín fueron dos tuits demoledores contra la reina y el rey. En el primero los acusa de un delito, falsedad documental en los pasaportes, y el segundo anunciaba que aunque Zarzuela intenta capar la cuenta de twitter de Del Burgo no lo está consiguiendo. Y seguirá contra la Corona. Letizia tuvo el peor San Valentín de su vida, amargada con su marido porque todo el mundo sabe que le fue infiel con el cuñado, y cuando Zarzuela quiere escenificar una especie de reconciliación catalana del matrimonio real por el 14-F, unos minutos antes del acto oficial Del Burgo dispara dos tuits y desvía el foco. La noticia ya no es Letizia, es Del Burgo.
Zarzuela lo tenía todo calculado, programar una visita conjunta de los reyes a Catalunya, territorio hostil, para celebrar su Día de los Enamorados, en un entorno amable, colonias, perfumes y moda de la empresa Puig, y mostrar que los catalanes han perdonado a Letizia. En torno a la Torre Puig los escoltas solo dejaron pasar vecinos de l'Hospitalet afines a la monarquía, curiosos y fisgones, no activistas indepes. En Zarzuela tenían tanto miedo que a Letizia le llamaran "adúltera" que cuando una persona le gritó "Qué delgada" respiraron. Ahora, que a la reina le griten vigoréxica les parece un piropo. Pero las caras de Felipe y Letizia eran un poema. Todo el mundo en la sala había leído los tuits de Del Burgo. La operación limpieza había fracasado. Pilar Eyre lo analizó en su imprescindible canal de Youtube: "Letizia fue vestida con perfil bajo, como de mujer trabajadora, de funcionaria, abandonando su estilo alfombra roja como iba antes. Un amigo mío estaba en el acto y nunca había visto un rostro tan triste como el de Letizia. No sonreía, expresión entristecida, no sonreía ni al saludar. Abstraída y triste, no intercambian ni miradas con Felipe, ningún gesto entre ellos de complicidad. Es tremendo porque coincidía con una tanda de mensajes de su excuñado en twitter. Se ha contagiado en el acto, con todos cariacontecidos". La opinión de Eyre tiene récord de visualizaciones.
Letizia está amortizada. Felipe la da por perdida, ni por San Valentín se les ha visto un gesto no ya romántico, como un beso en la mejilla, sino amable, cogerse de la mano o tener una conversación cómplice. El matrimonio parece el Polo Norte y Zarzuela un iglú. Al día siguiente, los diarios ocultan deliberadamente a Letizia. No aparece a ninguna de las portadas, La Vanguardia lo esconde, El Periódico solo Felipe en Barcelona, y en Madrid lo mismo: El Mundo y La Razón solo ponen la foto del rey en Catalunya, ni rastro de Letizia. Como dice Eyre "De ser el mejor activo de la monarquía a desaparecer como hacían en la Rusia bolchevique con las fotos de Trotsky". Y los afines solo saben decirle "Qué delgada". Del Burgo le ha quitado el hambre.