Letizia, Felipe y Jaime. Estos tres nombres son los protagonistas del culebrón mediático que ha irrumpido como un rayo en las postrimerías de 2023. No se trata de un serial como el resto, no. Este es mayestático, real. La relación de la reina con Jaime del Burgo, antes y durante su matrimonio con Felipe VI, sacude los cimientos de Zarzuela y la convierte en la comidilla. Todos los esfuerzos por ensordecer el escándalo, a través del silencio de medios afines y agencias de prensa, están resultando inútiles. En España la censura ha funcionado a medias: el establishment calla (a pesar de que con algunas grietas), y bien pocos osamos transmitir todo lo que está pasando en la Corona. Ahora bien, fuera de las fronteras del Estado, la batalla extranjera está perdida. Y es la peor pesadilla de Zarzuela, de Letizia y de Felipe. Han pasado de cuento de hadas al de terror... y al folletín romántico de cuarta. Ya nadie los volverá a mirar de la misma manera.
Mientras Jaime del Burgo continúa con el goteo de informaciones, documentos y movimientos tan sorprendentes como kamikazes, Letizia se ha evaporado del mapa mediático durante casi una semana. Desde el pasado día 13, durante un acto del Patronato de los Premios Princesa de Girona, y hasta este 19 de diciembre en el que reaparecerá con el Instituto Cervantes, la asturiana estaba missing. No parece descabellado imaginársela muy tocada por todo lo que se está poniendo sobre la mesa, solo hay que echar una ojeada a Leonor. Desdichadamente para ella, solo está en las puertas del infierno. La beta que se acaba de empezar tardará mucho en agotarse. Y cada nuevo detalle de aquel secreto indecoroso, íntimo y vergonzoso hundirán más la unidad familiar... y la imagen de la institución que representan.
La maravillosa cronista real catalana Pilar Eyre, siempre tan bien informada como prudente, es una de las puntas de lanza informativas que abogan por una postura drástica, pero mucho más efectiva que la actual: hay que hablar del tema. Explicar aquel episodio es la única manera de amortiguar el impacto, enviando un mensaje adulto y responsable a la ciudadanía. Solo así se pararían los ríos de tinta con especulaciones, verdades a medias y opiniones de todo tipo al respecto, aparte de birlar a Del Burgo su gran juguete: el relato. Como de momento solo habla él, es una especie de monstruo todopoderoso. Y evidentemente, su figura y su historia son irresistibles. Tiene medio mundo en el bolsillo, desde Australia a Kenia. Europa, que empezó con timidez, también se ha tirado en plancha. Ingleses, franceses y ahora alemanes se ponen las botas. La prueba que demuestra la voracidad teutónica por el escándalo la aporta la propia Eyre, a través del mensaje que un seguidor le han enviado por redes sociales. La galería de los horrores de Letizia Ortiz.
El usuario estaba en el aeropuerto de Düsseldorf, pasaba por el quiosco de prensa y se ha quedado de piedra al repasar las revistas del corazón. Todas ellas llevan a la reina de España en la portada, acompañada de titulares potentes que hablan de deslealtad, de cuernos, de mentiras. "Scheidung", divorcio. "Seitensprung-skandal zertöst alles", escándalo de infidelidad que lo destruye todo. "Affäre mit ihren schwager", romance con su cuñado. "Fremdgeh-skandal auf spanich", escándalo infiel español. Y el más gordo, divertido e hiriente: "Pikante enthüllungen", revelaciones picantes. Imaginen que mañana la revista 'Lecturas', 'Semana' o similares llevaran titulares y palabras como estas sobre Letizia y Felipe VI. Impensable, ¿verdad? Pues esto es lo que pasa más allá de los Pirineos. Antes los españolitos iban a Perpinyà a ver películas prohibidas. Ahora lo harán para leer sobre los escándalos de alcoba de la monarquía. Bien, siempre que no sean lectores de EN Blau, claro.