Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, le decía el tío de Spiderman al hombre araña cuando empieza a ser consciente de cómo es. En el caso de Letizia, ella se debe creer que es una especie de Queenwoman, una superheroína que ha venido a este mundo a salvar a los españoles. Es lo que tiene la monarquía española, que se creen con una especie de misión divina o alguna cosa parecida. Y Letizia es mucha Letizia, no solo obsesiva y controladora, sino que también se siente con un papel primordial en la sociedad. Y cuando alguna cosa le pone palos en las ruedas, sufre. En este caso, la piedra en el zapato es precisamente eso, una piedra en el zapato, una lesión en un pie que la está llevando por el camino de la amargura y que hace que además del dolor por la fractura, tenga que ir últimamente con zapatillas deportivas o calzado cómodo que no la hagan sufrir más de la cuenta.
La revista Lecturas analiza las dificultades de algunas royals en compaginar sus cargos con diferentes enfermedades, algunas muy graves, que les ha tocado vivir. El cáncer de Kate Middleton, la fibrosis pulmonar crónica de Mette Marit o la depresión de Mary Donaldson son palabras mayores. Pero en este grupo también han puesto a Letizia y su dolor de pies. ¿Cómo vive la reina el diagnóstico de una enfermedad de forma pública y cómo puede afectarle? Lo responde una experta psicóloga, Alejandra Muñoz: "Las mujeres que tienen una enfermedad física y que tienen un foco de atención tan importante tienen un problema gordo, un marrón gordo. Es como estar sometida a un estrés mediático bastante importante. Problemas de salud mental pueden aparecer como consecuencia de una enfermedad de tipo físico. En cualquier persona que se enfrente a un estado de salud más deteriorado aparece una sintomatología depresiva o ansiosa por el hecho de pensar 'tengo que paralizar mi vida y esto requiere una adaptación', ahí nos vienen miedos e incertidumbre".
Considera que a Letizia puede pasarle factura la lesión que no acaba de curarse de los pies. ¿Por qué? Porque "es una mujer tan elegante que siempre lleva sus taconazos y que ve como el tema de su imagen se juzga, al tener que adaptar su forma de vestir a otra que ella no elegiría si pudiera. A eso hay que sumar todas las opiniones". Prevé que podrían aparecer sintomatologías de ansiedad y depresión, "por tener que llevar un ritmo distinto o hacer unas elecciones distintas, y que vea que se está hablando de ella, queriendo saber e incluso haciendo conjeturas como a veces ocurre, por mucho que seas consciente de tu papel, pues afecta". Y más, si tienen una carga extra de responsabilidad a nivel social e institucional, "una presión añadida en todo lo que supone una enfermedad".
Habrá que estar atentos, pues, a cómo evoluciona Letizia de su lesión en el pie, que no acaba de curarse del todo y que la tiene preocupada. Una lesión que según la experta, corre el riesgo de afectar también a la cabeza de la asturiana si la cosa se alarga y no ve la luz al final del túnel. Y es que sin tener la gravedad de otras homólogas europeas, con enfermedades mucho más serias, el grado de dolor y de cambio de hábitos y en su día a día puede afectar también a una Letizia que siempre le ha dedicado una especial atención a la salud mental.