A la reina Letizia se la conoce de muchas maneras, especialmente los Borbones, que la han bautizado con diferentes apodos, algunos de muy ofensivos, como cuándo se reúnen su querido suegro Juan Carlos con sus amigos o su marido Felipe con su grupo. Ahora, sin embargo, hemos sabido de otro mote que no teníamos registrado, y de una costumbre muy curiosa, por decirlo de alguna manera, que hacía cada día la reina cuando llegó a palacio después de casarse con el entonces príncipe. Y lo hemos sabido de la mano de un nuevo libro.
A las puertas del vigésimo aniversario de boda de la asturiana con el Borbón, el periodista Martín Bianchi en uno de los 'Episodios Nacionales' que la editorial Lengua de Trapo publica regularmente, al estilo de la tarea muy conocida de Benito Pérez Galdós sobre la historia de España, habla de Letizia en 'Letizia en Vetusta' y explica cómo encajó ella en los Borbones una vez aterrizó en la familia, recordando por ejemplo aquel tensísimo encontronazo con Juan Carlos, cuando en una reunión de los eméritos con sus primos griegos, hablando de la Guerra de Irak y la época que trabajaba como periodista en TVE, ella charló más de la cuenta, según su suegro, que le soltó un "'Letizia, ya sabemos que eres la más inteligente de la familia, pero por favor, deja hablar a los demás'. Se habría hecho un silencio eterno e incómodo que, según publicaron varios medios, la actual reina todavía recuerda".
Tal como indica el autor, palabras que recoge Vanitatis, "Lo que más molestaba en los círculos palaciegos era que Letizia tuviera opiniones propias. Solo por eso algunos la llamaban 'la princesa de Tolosa', 'porque todo lo sabe'. Al rey Juan Carlos le hizo gracia el mote". Pues la princesa de Tolosa, para saberlo todo, o para tratar de saberlo todo, especialmente todo lo que pasaba en palacio, lo que se hacía y decía en los pasillos de Zarzuela, tenía una costumbre muy peculiar y sorprendente que no acababa de convencer en Zarzuela y en el resto de la familia y trabajadores de la casa.
Como según el autor, "no encajaba del todo en su nuevo 'puesto de trabajo', cuando Letizia llegó a Palacio, empezó a visitar todos los departamentos de Zarzuela con una libreta y un bolígrafo en mano. Tomaba nota de todo, hacía preguntas y aprendía". Letizia, todo el santo día, libretita en mano, tomando nota de todo... "Cuando cogió un poco de confianza, empezó a dar sus opiniones y a sugerir las cosas que se podían mejorar en la actividad diaria de la familia real", escribe el periodista argentino, "eso sentó bastante mal en palacio. Consideraban que no podías llegar el último, siendo totalmente ajeno a ese ambiente y dar lecciones sobre cómo hacer las cosas"... ¿Continuará Letizia con su libreta?