Letizia no esperaba que algún día se convertiría en reina de España, por este motivo siempre actuó como una persona normal y disfrutó como nadie de su juventud en México. Se enamoró a la temprana edad de 17 años, de su profesor de instituto, en aquel momento fue un escándalo, y discutió con sus padres porque no entendieron la relación, era demasiado joven, y él demasiado mayor. Son una familia muy tradicional, pero para nada creyente y religiosa como los Borbón. Sabían que su hija era muy ambiciosa y que iba a llegar muy lejos, pero en su profesión, jamás pensaron que se emparentarían con la familia real. Los Borbón.
Juan Carlos y Sofía nunca aprobaron esa relación, aunque finalmente la emérita cedió y se comprometió a hacer de Letizia la mejor reina. No obstante, nunca tuvo relación con Paloma Rocasolano ni con Jesús Ortiz. Trataron a toda la familia con bastante indiferencia y respeto. Les hacían ver que ellos eran superiores por el simple hecho de pertenecer a la realeza. Ellos eran unos plebeyos.
El familiar que nunca han querido que se descubriese
Letizia ha querido mucho a su familia, siempre la ha protegido. De hecho, en su venganza apartó a los Borbón, pero nunca renunció a los Ortiz Rocasolano. Tenía un cariño especial a los padres de su abuela, especialmente a su abuelo Paco. Se ha hablado de las polémicas de Hernar Ortiz, hermana de Jesús, incluso de la madre de Jesús, o de los padres de Pablo, hasta de David Rocasolano, que escribió una biografía no autorizada de la monarca. Pero hay de algunos familiares de los que nunca ha hablado, a los que siempre ha querido proteger y mantener en el anonimato.
La abuela materna de Letizia estuvo casada con otro hombre antes de tener a Paloma Rocasolano, y de ese matrimonio nació Otilia. Nunca han hablado con ella porque la repudian, la tienen como si no formase parte de la familia. De hecho, la madre de la reina no tiene buena relación con su hermanastra. La mujer de Felipe VI ha preferido que nunca viese la luz.