Primera gran cita real europea del año, y por un motivo luctuoso. Primer aniversario de la muerte del rey Constantino de Grecia y la familia real británica ha querido organizar una misa conmemorativa en su memoria en la catedral de S. George en Windsor, un acto solemne y rodeado de la habitual magnificencia que siempre tienen estos acontecimientos. Una ceremonia de homenaje al difunto que aparte de su familia, ha reunido a la flor y nata de los royals del continente, con especial presencia de la monarquía española. Un acto presidido por Camilla Parker-Bowles en ausencia de su marido, el rey Carlos III, por motivos de salud, después del cáncer que le diagnosticaron. La reina consorte ha estado acompañada del príncipe Guillermo y de la princesa Ana, haciendo de anfitriona y dando la bienvenida a los muchos invitados a la cita.
Juan Carlos y su hijo Felipe volviendo a a ver las caras con Letizia en medio, nada alegre de estar una vez más cerca de su querido suegro, al cual detesta. También estaba, solo faltaría, la griega y familiar directa, la reina emérita Sofía, así como las infantas Elena, vestida inapropiada con unos pantalones a cuadros blancos y negros, y Cristina. Por parte de la familia griega, como decíamos, pleno total con Pablo, el hijo de Constantino y buen amigo de Felipe, su mujer Marie-Chantal Miller y sus cuatro hijos, y detrás, los príncipes Nicolás, Felipe, Alexia y Teodora con las respectivas parejas. Una ceremonia que ha proporcionado algunas imágenes, aunque le pese, como la mencionada de Letizia cerca de Juan Carlos, o la de los reyes españoles, los últimos en llegar, saludando a toda la familia griega e incluso, bromeando con Achileas, uno de los hijos de Pablo y Marie-Chantal.
Mucho jijijaja con Achileas, pero con la madre de la criatura, su archienemiga Marie-Chantal, nada de nada. Y eso que estaban a un palmo. Como recuerda la revista Lecturas, la última vez que se las vio juntas fue justo hace un año, "cuando después de décadas de desavenencias aparecieron juntas y muy unidas para zanjar por completo los rumores de mala relación". Pero hoy, aquello se ha desvanecido, fue un espejismo. Porque hoy, "aunque apenas les separaban unos metros, no existe ninguna imagen juntas". No la quiere ver ni en pintura, especialmente la mujer de Pablo a ella, desde el feo a Sofía en la catedral de Palma dónde Marie-Chantal alucinó al ver cómo limpiaba de la frente de Leonor un beso que le había dado la yaya: "¿Es cierto? ¡Eso es horrible! Ninguna abuela merece este tipo de trato!. Letizia ha mostrado su verdadera cara", dijo. ¿Recuerdan?
Eso sí, el duelo de estilismos estaba servido, tal como comenta el mencionado medio: "Ni siquiera la distancia ha impedido que se genere un duelo de estilo entre ellas. Ambas están consideradas dos de las royals más elegantes del mundo y lo han vuelto a confirmar en el día de hoy con sus similares apuestas estilísticas. Mientras que Marie Chantal se decantaba por el burdeos en un vestido de corte evasé, Letizia recurría a la sofisticación del azul que elevaba con una capa a juego"... La noche y el día... Y enemigas irreconciliables, incluso, en actos solemnes y conmemorativos como este.