Los expertos en protocolo valoran la última cena de Gala de la reina Letizia con un calificativo que se entiende: "princesa Disney". Como si fuera un meme real, la reina de España quiso marcar estilo por epatar al pueblo y se pasó cuatro pueblos. Mientras el resto de autoridades se vestían de manera elegante pero sobria, ella creyó leer "dress code: Disney" y al lado de la primera dama peruana parecían las dos hermanas de Frozen: Elsa-Letizia estupenda pero gélida y Anna-Maribel Díaz más de gala de los Goya. El contraste parece clasista:
El comentarista más sangrante acostumbra a ser Carlos García Calvo que en El Mundo escribe: "El escote deja al descubierto la espalda real poniendo en evidencia su extrema delgadez. Evitó llevar un collar algo que ese escote pedía a gritos. La banda de la condecoración peruana había sido cortada y metida dentro del "corsage", algo que muchos puristas criticaran". Mientras todas las señoras llevaban la banda como la de miss España por fuera, la reina se la puso como las abuelas que guardan el pañuelo en el escote. Un efecto óptico extraño para que Letizia luzca clavículas tonificadas. Escribe El Español: Letizia quiere llevar los hombros al aire y por mucha banda que haya se corta y se cose al escote y se terminó el problema. Ella luce omóplato sí o sí".
Ni Isabel Preysler osó eclipsar a la reina con una vestido tan excesivo como el de Letizia. Por una vez que la pareja del nobel peruano tenía un lugar privilegiado, la reina del corazón abdicó a favor de la reina del hielo: Leti 1- Preysler 0. Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, ni osó competir y se quedó en un discreto y correcto segundo plano.
Un día más, brindis sin sorbo, una pifia de protocolo habitual de la reina Letizia. La revista Hola prefiere hablar del "tul malva bordado con pequeños abalorios y pedrería que dibujan motivos florales sobre el cuerpo, un vestido de cuento". Ya es eso, vivir del cuento.