Ser Letiziza es duro. Miércoles noche, cena de Estado con el presidente del Perú vestida de princesa Disney, y unas horas después, jueves por la mañana, toca inaugurar ARCO, la Feria de arte que quemará a su marido, poner buena cara y hacerse la entendida con esculturas que no entiende. ¿Solución? Desviar la atención con un vestido de cuero negro. De Frozen a Catwoman:
A Letizia le silban las orejas por el hastag #motivospahacerserepublicana que ha surgido en las redes cuando se supo que por redondear el look royal de la gala peruana se puso una tiara que el dictador Franco regaló a su suegra Sofía.
Y Letizia coronada con su tiara preferida: la que Franco le regaló a Sofía "en nombre del pueblo español" #powerdressing #motivospahacerserepublicana pic.twitter.com/C4t19PXbbg
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) 27 de febrero de 2019
Para evitar una polémica nada mejor que taparla con otra. Lo ha aprendido en casa: ¿sombra de corrupción en Zarzuela? Se habla de la amante Corinna, que no es delito y escandaliza. El look moderno de la reina ha sido acogido con el habitual peloteo de la prensa del corazón:"Se ha enfundado en un vestido de cuero negro digno de una villana de película de Marvel, entre rockera y dominátrix" (El Español). Para ABC y Hola es "rompedor, una sorprendente elección solo apta para royals con estilo innovador".No osan hacer el paralelismo con el fetichista cuero negro del mundo del sado-masoquismo.
Zarzuela es más vanguardista con la ropa y peinados estilo Matrix que con el arte. Los reyes no han visto apropiado visitar el stand donde luce un Felipe VI de 5 metros destinado a acabar como una falla, quemado. Oportunidad perdida. O no. Quizás ellos han pagado los 200 mil euros de la pieza, con nuestro dinero, claro.