Pensaban que las vacaciones de los reyes en Palma de Mallorca habían terminado con la escapada familiar a cenar al restaurante favorito de Casa Real, ‘Mía’, ubicado en el Paseo Marítimo. Los reyes coincidieron de nuevo con sus hijas y estuvieron acompañados por la reina Sofía, Irene de Grecia y el matrimonio amigo de la emérita. En esta ocasión, todas las miradas se centraron en el delicado estado de salud de la tía Pecu. Parece que la enfermedad ha avanzado considerablemente, apareció en silla de ruedas, con las facciones muy marcadas y la mirada totalmente perdida.

El lunes no se supo nada más de la familia real, solo que durante el fin de semana Leonor y Sofía habían alquilado una embarcación para irse hasta Cabrera con unos amigos del internado de Gales. Sin embargo, el martes, después de las especulaciones, la princesa reapareció conduciendo un coche oficial, acompañada de la infanta Sofía, y en la parte trasera su madre y su abuela. Las cuatro mujeres dieron un ameno paseo por el centro histórico de Palma de Mallorca, soportando las altas temperaturas. De hecho, la emérita no se encontraba muy bien.

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Letizia obligó a la reina Sofía a salir a las cuatro de la tarde, a cuarenta grados. Solo había algunos turistas que iban o volvían de la playa. Ellas aprovecharon para mirar ropa, pero la emérita estaba agotada, y nadie le hacía caso, ni tan siquiera sus nietas.

Letizia obliga a la reina Sofía a salir de casa a las cuatro de la tarde 

"Qué inexplicable es salir a pasear a las cuatro de la tarde en pleno verano. ¿Quizá Casa Real buscaba la franja horaria en la que menos personas estuvieran en la calle, para que nadie pidiera fotos, saludos y besos a Letizia, Leonor y ambas Sofías? Sea como fuere, la idea no fue del todo buena”, argumentan en ‘Mujer’.

"Altísima temperatura y una humedad aplastante que afectó a la reina Sofía", mareada y que "en algunos momentos mostró cierto malestar por el calor. No se entiende muy bien que una persona con 85 años tenga que salir de casa a esas horas. Por mucho que convenga por otras razones”.

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Posteriormente entraron en una tienda de nutrición, regentada por una amiga de Letizia, aprovecharon el aire acondicionado del establecimiento. Primero entró la reina y después sus hijas, la reina Sofía se quedó sola detrás, y casi se da un golpe al entrar. "Es algo que quien cuida a personas mayores integra en su rutina: ir siempre por detrás de ellas en las escaleras, por lo que pueda pasar".

Como siempre, la reina Sofía y Letizia discutieron por sus diferencias. La emérita le dejó claro que no podía más, necesitaba pararse o entrar en un bar o un centro comercial, mientras que la reina le recordó que esto se hacía por ella. Había que demostrar que eran una familia unida. Le dejó claro que no hacía falta que hubiese venido. La emérita se sintió muy dolida por sus palabras. Siempre han considerado en los Borbón a Letizia como una mujer muy mal hablada, ya soltó su “jolines”, cuando se harta de todos.