A estas alturas de la película todos tenemos clara una cosa con respecto a la reina Letizia: que en palacio se hace lo que dice ella, que lo tiene que tener todo atado y bien atado, que controla hasta el más mínimo detalle de Zarzuela y que no se hace nada que ella no quiera. La asturiana controla todo lo que tiene que ver con muchísimas cuestiones de la Casa Real. Quizás no con respecto a decisiones institucionales, pero sí en el día a día. Por ejemplo, de sus hijas. Educación, exposición ante los medios, imágenes que se facilitan de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, qué comen, qué dejan de comer y un largo etcétera. Como si estuvieran en una burbuja. Y la madre, encantada de la vida.
A su maridito, el rey Felipe, también le ha dejado clarinete en más de una ocasión cómo van las cosas. Incluso, le ha llamado la atención públicamente a ojos de todo el mundo, cuando algún besamanos o entrega de premios no iba como toca, es decir, como ella quiere. Pasó el último verano en Palma, en una recepción oficial, cuando ella pasaba olímpicamente de un invitado, Felipe le dio un toque y ella lo fulminó con la mirada delante de las cámaras, incluso, levantándole el puño retador. O hace poco, en Alicante, cuando cogió un galardón para entregarlo ella, cuando el monarca se pensaba que le había tocado el turno a él. ¿Y qué decir de la imagen que proyecta? Cuida todo hasta el extremo: qué se pone, qué modelito y de qué firma, si hoy toca un color rojo España o una pieza nueva, si va más sobria o más despampanante. O sus peinados: colas, melena al viento, con canas o no, con trenzas... Lo cuida todo tanto, que el maquillaje también es importante para ella. Y mucho.
Normalmente va maquillada a la perfección, pero a veces su look ha hecho pensar que algún día le han dado fiesta al maquillador. Como hace unas semanas cuando la vimos como ven en esta imagen. Letizia pintada como una puerta en la cara pero con un error de manual: no maquillarle el cuello. Y el resultado es un bote de Nocilla de dos colores. Letizia hecha un cromo. Ahora, sin embargo, hemos sabido que quizás el causante no fue ningún maquillador o maquilladora.. sino ella misma. Alberto Dugarte es uno de los mejores maquilladores del mundo y este fin de semana aterriza en la Expo Beauty Barcelona donde dará una clase magistral. Su talento lo ha hecho ser uno de los más solicitados. Por sus manos han pasado Ana Obregón, la Pantoja, Georgina Rodríguez, Cristina Pedroche o Paz Padilla, y ha colaborado en numerosos programas como Mask singer, Viva la vida, The dancer, Idol kids o Got talent. Aun así, nunca ha tenido el honor, para él, de maquillar a la reina española.
¿Le gustaría que le llamara la reina Letizia? Estaría encantado de la vida. Además, el estilista ha hecho una jugosa revelación al diario La Razón, un secreto de belleza de la reina, una cosa que poca gente sabe: "La veo siempre acertada, sé que, a veces, ella misma se ocupa de su maquillaje, pero como buena reina que es, que me llame que ya la maquillo yo". Toda una reina, controladora hasta el extremo, incluso maquillándose sola, a pesar de la legión de gente que trabaja para Zarzuela. Ya lo dice un dicho en catalán, Si vols estar ben servit, fes-te tu mateix el llit (Si quieres estar bien servido, hazte tú mismo la cama)... La cama no sabemos si se la hace Letizia o se la hacen. Pero la cara lo tiene claro.