Contantino de Grecia está siendo despedido en Atenas tras haber fallecido la semana pasada víctima de un derrame cerebral a los 82 años. A pesar de no ser un funeral de Estado, el último rey del país heleno ha provocado que un gran número de royals europeos se desplacen hasta la capital griega para asistir a las exequias. Por la parte española, muy ligada al finado como hermano de la reina emérita Sofía y cuñado de Juan Carlos, la representación es numerosísima. Felipe y Letizia están; sus antecesores, también, e incluso hemos visto a Elena, Cristina, Froilán, Victoria Federica, Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín... casi un pleno al quince. No se lo han querido perder, ni siquiera para evitar situaciones comprometidas o molestas. Los reyes de España son los principales protagonistas en esta categoría, con Letizia al frente: el reencuentro con su suegro huido, las cuñadas con las que no se habla y con su enemiga número 1, Marie Chantal, hacían del viaje un tema delicado.
La Casa de los Borbones, sin embargo, es capaz de todo tipo de milagros y de escenas surrealistas. Ver a Juan Carlos y Sofía, el matrimonio más fracasado de la historia de los matrimonios, sonrientes y de buen rollito como si tal cosa resulta patética. Lo hicieron en Londres durante el adiós a la reina de Inglaterra y ahora repiten en Grecia. Pero el premio gordo es para la Letizia, sin duda. Las instantáneas que se captaron el domingo por la noche, a la salida de un restaurante de Atenas donde se celebró una cena de bienvenida presidida por Pablo de Grecia, príncipe heredero que nunca será rey, dejan de piedra.
Letizia se reencuentra con su gran enemiga, Marie Chantal, mujer de Pablo de Grecia
Pablo es primo de Felipe VI, mantienen una buena relación. No así sus mujeres, Letizia y Marie Chantal. La enemistad y el desprecio ha sido siempre público y notorio. Viene de lejos: Marie Chantal encontró inadmisible el numerito que la consorte le organizó a Sofía en la Catedral de Palma, humillándola en público y con sus nietas Leonor y Sofía como arma arrojadiza. Fue la chispa de un incendio que se convertía en incontrolable con otros pasajes explicados con detalles jugosos por la cronista catalana Pilar Eyre: "Marie Chantal le reprochó a Letizia 'Qué raro que no vas a esquiar en Suiza ni a lugares chic de Madrid'. Letizia le rebatió 'Esquiar es de pijos y soy una mujer trabajadora'. Nunca olvidó este corte. Cuando se volvieron a reunir Letizia no interactuó con ella y se puso en un rincón con su IPad. Marie Chantal elevó la voz, dijo "parece una secretaría estresada". Letizia estaba siendo ninguneada por la familia de su marido y se fue". Amigas no lo son, tampoco parece que se soporten.
La foto de postureo máximo entre la reina y Marie Chantal que provoca la reacción de Pilar Eyre
Atenas, sin embargo, ha obrado una especie de milagro. O un ejercicio de postureo máximo, como captaron los fotógrafos a la salida de la mencionada cena. Parecían colegas de toda la vida, íntimas, uña y carne. Cualquier espectador ajeno a su complicada relación diría que son dos mujeres que se quieren, se añoran y se complementan a la perfección. Letizia, que últimamente está abonada a aquella sonrisa de joker tan inquietante y que la acompaña desde que se levanta hasta que se va a dormir, toma del brazo a Marie, le ríe alguna gracia, la acompaña con un ademán más que sospechoso. De acuerdo, la muerte de Constantino no sería el lugar adecuado para continuar la batalla, pero "ni calvo, ni dos pelucas". Las fotos de la noche han provocado la reacción de Pilar Eyre, con ironía desatada: "Ahora toca fingir que todos son pilimilis". Amén.
Ahora toca fingir que todos son pilimilis. https://t.co/4VVjFkfD11
— Pilar Eyre (@pilareyre) January 15, 2023
Letizia, como la Pantoja: "Dientes, dientes, que es lo que les j***".