Letizia y Máxima Zorreguieta se parecen como un huevo a una castaña. Sí, las dos son reinas. Sí, las dos tienen muchísimos seguidores, pero solo hay que ver cómo es una y cómo es otra para tener claro que mientras en una todo es cara de circunstancias, de intensita, de vinagre, siguiendo las normas a rajatabla, enfadándose cuando se sale de lo establecido, en la otra, todo es sonrisa, espontaneidad y calidez. Se ha visto a menudo en la diferencia de despachos, uno blanco, impersonal, casi aséptica, y el otro, que dan ganas de quedarse a vivir. O cuando hemos visto a la argentina, casada con Guillermo de Holanda, pasándoselo pipa en la Feria de Abril, vestida de faralaes y bailando... ¿Alguna vez habéis visto así a la reina Letizia, a pesar de tratarse de una fiesta muy famosa del país donde ella reina??... Esperen sentados.

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Máxima de Holanda, de faralaes GTRES
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Letizia en su despacho / Casa Real
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Máxima en su despacho / IG
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Letizia en su despacho / Casa Real

Letizia y Máxima son dos reinas muy diferentes, como también lo son sus respectivas hijas y la manera de educar que tienen, tal como apunta la revista Lecturas, que pone encima de la mesa otro encontronazo entre ambas monarcas que habría tenido lugar hace pocos días cuando coincidieron en un acto. De hecho, se habla de un "feo que la reina Letizia le habría hecho a Máxima de Holanda y Mary de Dinamarca en su visita a Auschwitz". Con motivo del 80.º aniversario de la liberación del campo de concentración, cuando acabó la ceremonia, Letizia se marchó de allí por patas, corre corre que te vas, dejando a su marido despidiéndose del resto de royals, Máxima incluida. Una espantá que algunos medios, como la revista portuguesa 'Flash', califica de "inaceptable", aunque no hay constancia gráfica del momento, "ha generado una gran controversia lejos de nuestras fronteras".

Tampoco encuentran normal que ni la princesa y heredera Leonor, ni la infanta Sofía, "hayan tenido la oportunidad de coincidir con ellos. Ni Amalia de Holanda, ni Christian de Dinamarca, ni Elisabeth de Bélgica. ¡Nadie!". Por no hacer, no ha hecho ni puesta de largo o la típica fiesta royal por los 18 años donde invitan a los jóvenes de las otras realezas, cosa muy habitual..., pero no en España, donde fueron mucho más rancios y organizaron una fiesta íntima en el palacio de El Pardo: "No estaba invitado ningún miembro de la realeza, algo que llamó la atención en el extranjero al tratarse de una princesa heredera. Cada vez son más las diferencias que hay en su forma de educar a una heredera". De hecho, mientras una hace de soldadito español a bordo del Juan Sebastián Elcano, la otra, la holandesa, está más centrada en obligaciones ligadas a su vertiente diplomática. "Las diferencias entorno a la educación real que ambas han decidido darle a sus hijas mayores genera un nuevo cisma entre dos de las royals más queridas del mundo", dicen en la mencionada publicación.