Letizia se reinventa cuando Europa está en guerra: para el acto de este lunes ha eclipsado su marido con un nuevo estilo pelo blanco, nunca se había dejado tantas canas como: un mechón de pelo bien visible de color blanco, entre sabiduría, madurez y austeridad. Es su manera de decirnos que no toca frivolidades. Pero el traje habla por ella y tenía motivos chinos, como avisando a la otra gran potencia comunista que ayude a los ucranianos:
Pero la prensa rosa busca tres pies en el gato y ven una pifia más en este look. Es la experta Nuria Tiburcio que en el digital Vanitatis le encuentra un pero: "Vestido de punto midi, realizado con lana merino, de silueta evasé, su precio original era de 229 euros, aunque ahora puede adquirirse en todas las tallas por 148. Aunque el vestido de hoy nos encanta, solo le pondríamos un pequeño 'pero' a doña Letizia, y es que le haya añadido un cinturón. A pesar de que es muy fino, corta el dibujo de flores, dividiéndolo en dos partes". Aaarg sacrilegio, un cinturón para marcar cinturilla de avispa, cuando no le toca y mancha la flor.
La analista añade: "A ella le gusta agregar estos cinturones a sus vestidos para remarcar silueta, pero en este caso era innecesario". Lo hace, lo pifia y el motivo es frívolo: para marcar. Los cinturones son o para que no caigan los pantalones o para lucir un complemento, no para estropear el vestido con dibujo. De tan evidente parece ridículo que cometa el error. Siempre quedará mejor que Felipe VI, mudo y callado, gris y simple, sin decir palabra de la guerra en Ucrania. Y es jefe del Estado y jefe de las Fuerzas Armadas. Quien reina es ella.
En plena guerra europea se espera más de Felipe. O ya no se espera nada. Quien mejor hace de rey es su sobrino mediano, Pablo Urdanagarín, catalán y políticamente sensible:
Son fotos que ningún otro medio ha querido publicar. Sólo EN Blau. Pablo Urdangarin Borbón, quinto en la línea sucesoria de Leonor entre los nietos. Va después de Sofía, Froilán, Victoria y Juan. Único que con 21 años se ha atrevido a tanto, con personalidad. Es el primero que trabaja, y el único. Victoria Federica y Froilán son zánganos y partidarios de Vox. Tendría que ser él, Pablo, el futuro jefe del Estado: es catalán, culé, implicado, educado, sensibilizado, valiente y encima guapo. Cuando ponen su nombre en el marcador del Palau, aplaudan. Con el 77, rey Pablo.