En los últimos meses se ha especulado mucho sobre la supuesta infidelidad de Letizia a Felipe con Jaime del Burgo. El abogado es quien misteriosamente rompió su silencio y atacó duramente a la reina, el presunto amor de su vida, después de haber concedido su testimonio a Jaime Peñafiel para su último libro. Pocas semanas más tarde, a través de otro mensaje del ex de Telma Ortiz, se han conocido más detalles de sus intenciones. Y es que Jaime, que se declara monárquico, quiere destrozar la corona española con sus informaciones. No quiere más Borbones en España. Para él son una dinastía y los culpables de la pobreza del país. Nadie los ha elegido y debería decidirse por todos los ciudadanos. Su daño colateral ha sido Letizia.
Pero también se cree que podría haber colaborado en una campaña de desprestigio orquestada por una tercera persona, que no sería Juan Carlos. En los últimos años, desde que la corona se desvinculó del apellido Borbón por las fechorías del emérito y el caso Nóos, Letizia consiguió mayor protagonismo. Es la reina más aclamada de toda Europa y eso ha provocado que la imagen de Felipe, la verdadera autoridad, haya quedado deslucida. Parece que es un mero acompañante de la madre de Leonor y Sofía. Con estas informaciones han intentado entorpecer este crecimiento profesional de la monarca.
Letizia está "muy triste" y "abatida"
Sin embargo, ha tenido sus duras consecuencias, que no se han contemplado. Y es que Letizia no lo está pasando nada bien. Anímicamente está completamente “destrozada”. Así lo confirma Pilar Eyre, la misma que afirma que el matrimonio está totalmente roto desde hace muchos años. “Del 1 al 10, la preocupación que hay adentro de la Casa Real es de un 10. Están preocupadísimos y no saben cómo afrontarlo”, desvela Pilar Eyre. Según personas que la conocen muy bien y tienen contacto con el personal de servicio, apenas come, no sale de su despacho si no es estrictamente necesario, y con Felipe la relación está totalmente rota. Acudieron al cine hace unas semanas, uno de los planes que hacían al principio de la relación, cuando estaban enamorados, en un intento de blanquear su imagen y zanjar los rumores, pero se veía demasiado impostado. Una vez volvieron a casa cada uno siguió su vida. Ni tan siquiera duermen juntos.
Cuando Jaime del Burgo quebró su reticencia y comenzó a mencionar la presunta infidelidad de Letizia hacia Felipe, la reina creyó que sería un incidente aislado con escasa repercusión. Sin embargo, los medios de comunicación locales amplificaron sus afirmaciones, desencadenando una pronta cobertura a nivel internacional. La imagen de la reina como mujer infiel ya se había arraigado. En ese momento, la madre de Leonor y Sofía necesitó asistencia médica, experimentando un episodio de ansiedad durante la cena debido a la tensión acumulada. El médico de Zarzuela se desplazó rápidamente al recinto del príncipe para evaluar la presión arterial de Letizia y brindarle tranquilidad. Era imperativo que descansara y se distanciara de las noticias. Aunque Felipe no tolera la falsedad, su preocupación era evidente.