El golpe de Jaime del Burgo era totalmente inesperado. Casa Real había mejorado su imagen en el último año, pero el abogado ha roto su silencio y ha provocado la desesperación total. Zarzuela atraviesa su peor momento de la última década. Los cimientos del consolidado matrimonio de Felipe y Letizia se tambalean a las puertas de sus dos décadas como casados. El ex de Telma Ortiz ha humillado públicamente al supuesto amor de su vida. No le ha temblado el pulso al revelar que la reina habría sido infiel al rey con él durante varios años.
Letizia es una mujer fría y calculadora, demasiado controladora, y esto se escapa de su control. Siempre perfecta, la ciudadanía ha podido comprobar que es tan humana como cualquier otra persona y puede cometer sus fallos. Se desconoce si esta historia es cierta, ya que son solo palabras y no aporta ni una sola prueba. Sin embargo, ha conseguido su propósito de dañar la imagen de la corona. Esto queda retratado en las caras de la reina en cada una de sus apariciones y en la poca sintonía con su marido.
Casa Real no sabe como afrontar las declaraciones de Jaime del Burgo
“Del 1 al 10, la preocupación que hay adentro de la Casa Real es de un 10. Están preocupadísimos y no saben cómo afrontarlo”, desvela Pilar Eyre. La experta en Casa Real asegura que el matrimonio está totalmente roto y ya habla del cese de la convivencia, no del divorcio porque eso sería impensable en la corona, pero siendo Letizia la protagonista de esta historia podría esperarse de todo. Ella misma comunicó que la madre de Leonor y Sofía estaba “muy triste” y “abatida” tras las declaraciones de Jaime del Burgo. Según personas que la conocen muy bien y tienen contacto con el personal de servicio, apenas come, no sale de su despacho si no es estrictamente necesario, y con Felipe la relación está totalmente rota. Acudieron al cine el pasado viernes, uno de los planes que hacían al principio de la relación, cuando estaban enamorados, en un intento de blanquear su imagen y zanjar los rumores, pero se veía demasiado impostado. Una vez volvieron a casa cada uno siguió su vida. Ni tan siquiera duermen juntos.
Cuando Jaime del Burgo rompió su silencio y empezó a hablar de la supuesta infidelidad de Letizia a Felipe, la reina pensó que esto sería un episodio aislado que no tendría más trascendencia, sin embargo, los medios de comunicación nacionales se hicieron eco de sus declaraciones y pronto empezaron los internacionales. La reina ya se había quedado con la imagen de mujer infiel. En ese momento, la madre de Leonor y Sofía tuvo que ser atendida por los servicios médicos. Tuvo un ataque de ansiedad en medio de la cena. Estaba muy nerviosa. El médico de Zarzuela acudió rápidamente al pabellón del príncipe para tomar la tensión a Letizia y tranquilizarla. Necesitaba descanso y alejarse de estas noticias. Felipe, aunque no tolera una mentira, estaba realmente muy preocupado.