Hace más de dos décadas que tuvo lugar una de las primeras bodas reales de los herederos de esta generación. En agosto de 2001, el príncipe Haakon y Mette Marit Tjessem se casaron. Felipe VI asistió junto a la reina Sofía a la ceremonia y se reunió en la celebración con la que había sido su novia por años, Eva Sannum. No obstante, las instantáneas dieron la vuelta al mundo y generaron críticas. Felipe sonreía mientras la modelo disfrutaba de una copa de brandy. Ese día fue condenada su relación, que terminó meses después. Es curioso como Letizia se declaró abstemia, siendo que tenía un pasado con el alcohol realmente turbio y un ingreso hospitalario en México. 

La secuencia de la boda fue ampliamente cuestionada en España, donde las críticas indicaron que Sannum no podía ser reina si era bebedora. Pocos años después, Felipe VI se volvió a enamorar y preparó a Letizia. No solo se volvió capaz de cumplir los protocolos reales y se ganó la aprobación, sino que se declaró abstemia. “Yo no bebo ni café ni vino... Soy incapaz. Pero es que ni siquiera con amigos. Ahora soy abstemia completamente”, sentenciaba la reina durante su visita a la Academia de Artillería de Segovia. 

Letizia

En muchos actos públicos llegó a brindar y “mojarse los labios” con alguna copa de vino o champán. Sin embargo, su pasado es completamente diferente a la imagen pública que ha estado construyendo durante años. Desde el principio existieron rumores de un pasado en México. Según algunas fuentes que estarían a su alrededor en esos tiempos, el vino y el tequila eran sus bebidas predilectas y constantemente la llevaban a los extremos. Iba muchas tardes a las cantinas, en alguna ocasión habría acabado en urgencias por extrema embriaguez. 

Fiesta, alcohol y desenfreno, Letizia tuvo un coma etílico 

Ya lo comentaba su primo, David Rocasolano, en el libro Adiós, princesa; Letizia estuvo aliada con el actual monarca para enterrar el estilo de vida que tuvo en México y todas estas historias alarmantes. Hay testimonios de México y otros medios sensacionalistas que aseguran que la madre de la princesa Leonor fue a urgencias por beber en exceso. El coma etílico se produce cuando hay un consumo de alcohol descontrolado, que impide la metabolización de la bebida en el hígado. No solo afecta este órgano vital, sino también al cerebro. Esto produce, entre otras cosas, pérdida de consciencia y dificultad para respirar. 

Letizia

La Casa Real se tuvo que hacer cargo de borrar ciertas huellas, desaparecer fotos e historiales en los centros de sanidad. Pero, con todo y esto, la relación de la monarca con el alcohol no terminó tras aquel fatídico día. Así lo corroboró Joaquín Abad en su libro Letizia, una biografía no autorizada. “Ya de reina un madrileño que conducía por la A-6 a La Coruña observó un Mercedes negro y con los cristales traseros tintados haciendo eses. El conductor no se encontraba en condiciones. Al tratar de adelantarlo le impidió el paso a otro vehículo con antenas, era un coche escolta… Al pasar junto al vehículo descubrió que era conducido por Letizia”, escribió Abad. 

Puede que, una vez alcanzada cierta madurez, Letizia decidiera alejarse de la bebida. Al menos, por lo que significa para su salud, belleza y reputación.