La familia de la reina Letizia siempre ha sido observada con lupa, pero hay un capítulo de su historia que, hasta ahora, se ha mantenido fuera del foco mediático: la existencia de Otilia, una hermana materna que pocos conocen. Este misterio, cuidadosamente resguardado durante décadas, tiene sus raíces en los orígenes de Paloma Rocasolano, madre de la reina y una figura clave en la vida de la monarquía española.

Desde que Letizia ingresó a la familia Borbón, Paloma se convirtió en un pilar fundamental para su hija y sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Con acceso privilegiado al Palacio de la Zarzuela, incluso disfrutando de estancias privadas, Paloma parecía ser la perfecta abuela y consejera. Sin embargo, su pasado humilde y la transición a los círculos de la élite escondían una verdad inquietante: la existencia de una hermanastra de la que apenas se ha hablado, una figura borrada del relato familiar.

Paloma Rocasolano

La madre de Paloma Rocasolano tuvo una hija antes de su matrimonio con Francisco el taxista

Para comprender la historia de Otilia, es necesario remontarse a los años de la Guerra Civil Española, cuando Enriqueta Rodríguez Figueredo, abuela materna de Letizia, enfrentaba la tragedia de la guerra y la viudez. Fue durante esta época turbulenta que Enriqueta tuvo a su primera hija, fruto de un matrimonio anterior, antes de conocer a Francisco Rocasolano. Con él, reconstruyó su vida, casándose en 1950 y formando una familia con el nacimiento de Paloma y su hermano Francisco.

Enriqueta

Sin embargo, Otilia nunca fue integrada plenamente en esta nueva etapa familiar. Criada lejos de sus medios hermanos, su vínculo con los Rocasolano quedó relegado a la periferia. Este distanciamiento físico y emocional permitió que su existencia permaneciera en el ámbito de lo privado, alejada de la atención pública. El silencio en torno a ella no fue casual, sino una estrategia deliberada para evitar que una historia incómoda empañara la imagen de la familia.

Un secreto incómodo para  la reina Letizia

El ascenso de Letizia al trono amplificó el deseo de proteger esta parte de su pasado. Como reina consorte, su vida y la de su familia están sometidas a un escrutinio constante, y mantener la discreción sobre Otilia ha sido una prioridad. Sin embargo, los secretos familiares rara vez permanecen ocultos para siempre.

Aunque su papel en la vida de Paloma fue limitado, Otilia encarna un tema más amplio: la tensión entre el pasado y la proyección pública. Mientras la familia Rocasolano ha disfrutado del prestigio asociado a su cercanía con la corona, esta revelación demuestra que, detrás de la realeza, también hay secretos incómodos.