Jaime Peñafiel ha vuelto a Cuatro para comentar una noticia que ofreció En Blau: La foto a traición de Letizia vigorèxica: espalda al aire hipermusculosa. La obsesión de la reina para lucir bíceps, tríceps y cuadríceps llega hasta Todo es mentira. El cronista de El Mundo explica cómo iba la reina a la fiesta de los 30 años de su diario: cachas. Peñafiel destapa de dónde le viene esta manía: "Está obsesionada desde el primer momento en que se anunció su nombre. Desde 2003 comenzó a (re)tocarse".
Peñafiel añade un dato cierto pero se equivoca de año. Dice que la obsesión por la cirugía de Letizia salió a la luz cuando la reina tuvo que reaparecer en público mientras estaba recuperándose de una operación para hacerse una cara nueva. No tenía ningún acto oficial pero la muerte de decenas de españoles le hizo mostrar una cara horrorosa. Peñafiel se equivoca de año "Toda la familia tuvo que comparecer tras el atentado de Atocha y lo hizo con el pelo tapándose la cara porque se había hecho una operación".
Las fotos no son tras el atentado del 11-M de 2004 sino por el accidente de Spanair de 2008 en el cual murieron decenas de personas. La foto es monstruosa. Letizia parece El fantasma de la Ópera:
La cara inflada, las facciones desintegradas, la nariz nueva y el pelo intentando tapar el intapable. Peñafiel remata "Letizia es una persona que parece estar muy segura de sí misma y no lo está. La culpa es de Felipe que permite todo esto. Le tendría que decir me enamoré de otra mujer a la que no te pareces en nada". Letizia es adulta y puede operarse sin el consentimiento de Felipe. Y si al marido ya no le gusta estar casado con eso, que se divorcie.