Letizia es, de largo, la persona más fotografiada de España. Ningún otro hombre ni mujer recibe tal cantidad de flashes cada vez que pone un pie fuera de casa. Es la mujer del jefe del Estado y como no habla, se comunica a través de su ropa. Los diseñadores la adoran o la detestan en función de sus gustos. Y la crítica, poca, le reprocha que parezca más una instagramer que una verdadera mujer de Estado, sensible con las causas más necesitadas. Nunca aparece con un enfermo terminal, un huérfano o un inmigrante ilegal. Prefiere ir a la moda. Por eso sorprendía que como reina nunca hubiera puesto un pie, en su caso un tacón stiletto, en la pasarela Cibeles de Madrid. Fue en el año 2010 siendo princesa. Ha escogido un blanco nuclear sin diseñador para no decepcionar a nadie. Y se la veía de lejos:
Un acto amable y que ha llamado la atención del diario El País: "Hacía casi 12 años, desde que era princesa de Asturias, que doña Letizia no acudía a esta pasarela, la más importante del país". El contraste entre 12 años de diferencia es el salto entre una princesa y una reina. Por el medio han pasado un cuñado en prisión, dos infantas divorciadas, un rey exiliado por corrupto y una monarquía que cae a plomo. Pero sobre todo han pasado muchas operaciones de cirugía estética. Llama demasiado la atención y es imposible obviarlo. España tiene un elefante en el medio de la sala y no lo dice nunca: la reina se ha pasado con el bisturí. Una analista tan brillante como Patrycia Centeno encara las dos fotos de las dos letizias en Cibeles, el 2010 y el 2022:
13 años han pasado entre la primera visita de Letizia a la pasarela madrileña y la de hoy… Menos mal que lleva la mascarilla porque la transformación del rostro ha sido radical… (no os toquéis la cara!) #bodylanguage #powerdressing pic.twitter.com/yobqvUCb1Q
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) March 11, 2022
Escribe Centeno: "13 años han pasado entre la primera visita de Letizia en la pasarela madrileña y la de hoy... Menos mal que lleva la mascarilla porque la transformación del rostro ha sido radical... (no os toquéis la cara!)". No os toquéis la cara, poneos pechos, sacaos grasa de los muslos, pero la cara no. El mundo está lleno de mujeres y hombres que se han retocado la cara y se han equivocado. Tom Cruise, Meg Ryan, Renee Zellwegger, Nicole Kidman, toda Telecinco en pleno... A nadie le queda bien la cara operada y Letizia era mucho más natural el año 2010. Ahora parece que se ha borrado las facciones como un maniquí.
LETIZIA 2010
LETIZIA 2022
Tanta cirugía y la prensa calla. Como en El cuento del traje nuevo del emperador. El rey va desnudo y sólo un niño lo dice: Patrycia Centeno y EN Blau.
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Otro que señala a Letizia es Jaime Peñafiel. La obsesión de la reina para lucir bíceps, tríceps y cuadríceps llega hasta Todo es mintiera. El cronista de El Mundo explicaba de dónde le viene esta manía: "Está obsesionada desde el primer momento en que se anunció su nombre. Desde 2003 comenzó a (re)tocarse". Dice que la obsesión por la cirugía de Letizia salió a la luz cuando la reina tuvo que reaparecer en público mientras estaba recuperándose de una operación para hacerse una cara nueva. No tenía ningún acto oficial pero la muerte de decenas de españoles la obligó a salir de la sombra y mostrar una cara horrorosa.
Por el accidente de Spanair de 2008 en el cual murieron decenas de personas, Letizia tuvo que salir de la reclusión. Parecía El fantasma de la Ópera. La cara inflada, las facciones desintegradas, la nariz nueva y el pelo intentando tapar lo intapable. Peñafiel remataba "Letizia es una persona que parece estar muy segura de sí misma y no lo está. La culpa es de Felipe que permite todo esto. Le tendría que decir me enamoré de otra mujer a la que no te pareces en nada". Letizia es adulta y puede operarse sin el consentimiento de Felipe. Y si al marido ya no le gusta, que continúe la tradición familiar: el divorcio.