Letizia se lesionó el dedo corazón del pie clavando una patada en una mesa de Palacio. Esta es la versión que hizo correr Zarzuela entre los medios: "La fractura se produjo al golpearse la Reina el pie conouna mesa hace unos días" (El País). Un hecho que tendría que ser normal, la reina va con zapatillas de deporte a los actos oficiales porque sufre un dolor de pies demoledor, para hacerla estar sentada en un besamanos en Amsterdam. Letizia tiene mala suerte y donde ya tenía mal de pies ahora va dándose golpes con las mesas de su casa. Solo ella sabe si el accidente doméstico no fue fortuito y Letizia clavó una patada al mueble en un golpe de ira. El ambiente de su matrimonio está enrarecido. Toda España sabe que los últimos seis meses han sido una prueba de fuego, un test de estrés para Felipe y Letizia, mientras Jaime del Burgo, el amante de la reina, va soltando amenazas en forma de tuits para advertir que explicará su infidelidad con Letizia no ya en un libro sino en una serie de TV. Letizia y Felipe mantienen el matrimonio pero no las apariencias, siguen haciendo un papel desunido hasta el punto que el rey ha ordenado que se limite la agenda pública de Letizia. En un mes ha tenido un único acto oficial en solitario. La que hasta diciembre era la mejor carta de Zarzuela ahora es el as de bastos. Arrinconada.
Letizia se sabe en falso, ante España, que ve cómo engañó al rey, y ante de Felipe, que no sabe cómo gestionar esta crisis de imagen. Lo más adulto habría sido salir del paso y hacer una comparecencia conjunta donde los reyes proclamaran que la crisis matrimonial es antigua, está superada y siguen juntos en la adversidad. Exactamente lo que han hecho los reyes de Dinamarca. Pero Felipe ha preferido el relato pasional español, de marido ofendido, cornudo y que no puede perdonar en público. Y sigue castigando a Letizia. La reina tenía un acto que es el más importante que le queda en agenda: un viaje de cooperación a un país del 3r mundo. Es donde luce más, sin la ropa de marca ni las alfombras rojas, con el chaleco de cooperante y visita personas muy desfavorecidas. Le toca en junio a Guatemala. Pero la lesión del pie le llega ahora y según los médicos tiene para ocho semanas: "Los médicos han recomendado aplicar hielo y descanso, pero la voluntad de la Reina es mantener su agenda aunque deberá hacerlo con ese calzado diferente al habitual. El tratamiento durará unas seis u ocho semanas". No llega a Guatemala.
Lo más normal sería que Letizia anulara el viaje pero le está aguantando el pulso a su marido. Si Zarzuela la quiere cerrada sin presidir actos, ella no solo irá a Guatemala coja sino que ha decidido alargar el viaje. La excusa es que el anterior, a Colombia, fue un desastre organizativo por las prisas, con Letizia y su séquito agotados y sin poder ni comer, y ahora en lugar de tres días Letizia ha impuesto que en Guatemala se alargue a cuatro días. Más tiempo para lucir fotos de la reina solidaria, más Letizia Lady Di, y más tiempo lejos de Zarzuela pero bajo el foco mediático. Lo que mejor le va a Letizia, La decisión está tomada según el digital Monarquía confidencial: "En su último viaje, a Colombia, la planificación no fue bien recibida por la reina y los periodistas que le acompañaron. Fueron tres días en los que prácticamente nos dedicamos a desplazarnos de un sitio a otro, sin poder descansar, ni comer apenas. Por ello, este desplazamiento se ha proyectado para que se ejecute en un plazo mínimo de cuatro días, con el fin de evitar comprimir demasiadas presencias en varios lugares desfavorecidos en un mismo día". Letizia con la falange rota del pie derecho. Con el que clavó una patada violenta a una mesa robusta. Caminando por casa cuesta romperse la falange. En Palacio, la tensión es evidente. Y Letizia huye, hacia el foco.