La sobredosis de Borbones parece que se toma un descanso después de tres días intensos haciendo ruta por Asturias. Hemos visto a Felipe, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía hasta en la sopa. La familia real se ha regalado un baño de masas en casa de la reina, donde se han entregado los premios Princesa de Asturias y se ha otorgado el premio al 'Pueblo Ejemplar de Asturias 2023'. Les hemos visto en el Teatro Campoamor de Oviedo o en las parroquias de Arroes, Pion y Candanal (en Villaviciosa), donde se produjo el caos con prensa desalojada, mientras el rey estaba pronunciando un discurso, agobiándose por la confusión y confundiendo el nombre de uno de los pueblos (en lugar de Candanal dijo Canadá).
Parece que después de verlos saludando a los vecinos, a las autoridades, a los premiados y a todo quisqui, vuelve la normalidad, hasta que dentro de pocos días la princesa cumpla 18 años, el próximo 31 de octubre, y jure la constitución, cuando probablemente vuelvan a reunirse. Aunque hemos estado tres días viendo a los reyes y a sus hijas en este baño de multitudes al lado de los vecinos de la asturiana, un detalle ha pasado desapercibido y ahora ha salido a la luz, tal y como revela Vanitatis. Durante los días de agenda llena en Asturias, hemos visto a Letizia con un vestido elegantísimo de noche o paseando por los pueblos con botas negras, pantalones pitillo y un extraño jersey de colores. Evidentemente, también ha llevado las correspondientes joyas, colgantes, pendientes y complementos de lujo para acabar de tener un look perfecto.
Normalmente, vemos a Letizia con joyas carísimas y con diamantes, dorados o cosas por el estilo. Piezas que o le regalan o le hacen, no al alcance de cualquier bolsillo. Pero la reina ha demostrado muchas veces que no le caen los anillos (o en este caso, los pendientes) si tiene que llevar cosas diferentes, más económicas, peculiares o recicladas. Como ha pasado este último e intenso fin de semana, precisamente cuando paseaba por el 'Pueblo Ejemplar de Asturias'. Tal y como recoge el mencionado medio, el outfit escogido para ir a Arroes sorprendió, y mucho, pero no tanto por el jersey, sino por qué llevaba en las orejas. Inicialmente, llevaba unos pendientes en forma de triple aro en oro rosado y diamantes de Gold & Roses, a los que les tiene mucho cariño, pero durante su recorrido, visitando un chiringuito de un mercado artesanal, no dudó en cambiárselos, "después de enamorarse de un diseño artesanal y sostenible hecho por Patricia Escobar. La Reina quedó embelesada con aquellas piezas". ¿Qué es lo que la enamoró e hizo que se quedara embelesada? El origen de los pendientes.
Y es que 'Mondo Manzana', la firma en cuestión, se basa en el reciclaje creativo... y sorprendente. "Preocupada por la 'basuraleza', le surgió la idea de trabajar con la magaya, que no es nada más que el resto de la manzana después de hacer la sidra"... Sí, sí: unos pendientes hechos con restos de manzanas después de haber hecho la sidra. "Empecé a experimentar con el material, pero al ser orgánico pronto se corrompía, por lo que tuve que encontrar la manera para que durase en el tiempo. Es una fórmula secreta que yo misma creé". Esperemos que los pendientes de Letizia no se corrompan en medio de algún acto de la reina. La creadora ha explicado al citado medio que al pasar por su puesto la reina y compañía se quedaron muy sorprendidos que de unos residuos de unas manzanas saliera lo que salió. Y mientras el rey preguntaba por el proceso, la reina le pidió unos y se los puso. Unos pendientes con dibujos de una manzana y una botella de sidra: "Esto no lo hago nunca", dijo la reina. "Primero se probó unos en un azul turquesa, y se estuvo mirando al espejo, pero luego, al ver los verdes, pensó que le quedaban mejor con el jersey que llevaba puesto".
Letizia, llevando en la cara, en las orejas, unos pendientes hechos con restos de comida, una manzana en este caso. La misma creadora no se puede creer la suerte que ha tenido con el gesto de Letizia.