La vida en el mar ha supuesto un desafío inesperado para Leonor, quien desde que se embarcó en el Juan Sebastián Elcano ha tenido que enfrentarse a una experiencia mucho más dura de lo que había anticipado. A sus 19 años, la heredera al trono se encuentra realizando su formación militar, un paso esencial para su futuro como miembro de la realeza. Sin embargo, la travesía por el Atlántico ha puesto a prueba su fortaleza tanto física como emocional.
Desde el primer día, los mareos y las náuseas la hicieron sentir vulnerada, pues no solo debía enfrentarse al malestar físico, sino también a la sensación de claustrofobia derivada del aislamiento en el barco escuela. A pesar de los esfuerzos de la tripulación y el apoyo médico que la asistieron con medicación para paliar los efectos de la cinetosis, los primeros días a bordo se convirtieron en una lucha diaria.
Leonor confesó a su madre sus problemas para sobrellevar esta nueva etapa
Sin embargo, lo que realmente hizo temer por su bienestar fue una llamada que realizó a su madre, Letizia. En esa llamada, una Leonor alterada expresó su desesperación y su sensación de estar atrapada en una situación que no sabía cómo gestionar. Su angustia fue tan palpable que Letizia, que ha estado siguiendo de cerca los progresos de su hija, no dudó en intervenir. La reina consorte se mostró decidida a que su hija no continuara con el viaje si eso suponía más malestar para ella.
La idea de que Leonor pasara tanto tiempo en alta mar, sin poder comunicar sus emociones con facilidad y enfrentando cada día una lucha constante con el mareo y el miedo a la soledad, hizo que Letizia tomara la decisión más difícil pero necesaria. La esposa de Felipe VI movió hilos para saber si era posible para evacuar a Leonor si era necesario.
Letizia se aseguró la posibilidad de evacuar a Leonor en caso de necesidad extrema
La petición fue clara: la joven no debía seguir viviendo una experiencia que, lejos de enriquecerla, podía estar afectándole profundamente. Aunque Felipe VI siempre se ha mostrado firme en apoyar la formación de su hija, Letizia siempre ha priorizado su bienestar emocional. De hecho, se opuso desde el inicio a que su hija siguiera la formación militar. Y en esta ocasión consideró que, si la situación se mantenía tan complicada, la princesa debía ser llevada a tierra firme lo antes posible. Algunas fuentes apuntan que incluso se habría sugerido que, dado que nadie controla si Leonor viaja en el barco o no, fuera llevada directamente a los puertos correspondientes.