Letizia siempre ha dado una imagen de una mujer elegante, por lo menos en los actos institucionales. Los que la conocen en las distancias cortas aseguran que es una persona fría y calculadora, demasiado controladora. Desde que heredó el trono ha sido ella la que se ha encargado de absolutamente todo, daba las órdenes y Felipe ejecutaba, cuando debería ser el rey quien decidiese. Tal vez por ello se ha iniciado una campaña de desprestigio para dejar a la reina sin opciones. Se ha quedado sola y en una situación que ni tan siquiera puede controlar.
Un fantasma del pasado regresó a su vida para revelar uno de los mayores secretos de Zarzuela. La crisis de los reyes no era por las fechorías de Juan Carlos ni por el caso Nóos, sino por una infidelidad. La reina habría sido infiel al rey con el abogado durante varios años. Felipe empezó a sospechar, la investigó y descubrió toda la verdad. Nunca más la perdonó porque no tolera una mentira.
La imagen de Letizia quedó como la de una mujer adultera. Pero no es la primera vez que revelan un episodio bochornoso de la monarca. Muchos expertos en Casa Real se han encargado personalmente en echar por tierra su imagen, como su primo David Rocasolano que escribió una biografía no autorizada. Allí hablaba de los famosos dos abortos de Letizia.
Letizia, fiesta y alcohol hasta altas horas de la madrugada
Con toda esa información se ha descubierto que la verdadera Letizia no es la que muestra ante la ciudadanía. No deja de ser una mujer como otra cualquiera, por mucho protocolo. Y se comporta exactamente igual. Ha criticado mucho a Froilán y Victoria Federica, pero ella es exactamente igual que sus sobrinos. Una mujer muy juerguista. Le encanta salir a tomar algo y darlo todo hasta altas horas de la madrugada. Le encanta el alcohol y fuma en secreto. En más de una ocasión ha llegado a casa bastante perjudicada, especialmente cuando era joven.
Todavía se recuerda una anécdota de cuando Letizia fue a la despedida de soltera de una amiga íntima que se casaba. Fue la protagonista de la fiesta. No paró de beber y bailar con varios hombres, aunque sus amigas le dijeron que se contuviese, se estaba pasando de la raya. Es considerada la reina rebelde, una vez más dio demasiado la nota, sus amigas se sentían avergonzadas de ella. La tuvieron que acompañar a casa.
Ahora ha vuelto a salir habitualmente con amigas y su comportamiento preocupa mucho a Zarzuela, le piden control, que no se olvide que es la reina, ella no es como el resto.