Los reyes aterrizaron ayer en Buenos Aires con muy mal pie. El avión de Felipe y Letizia tocó suelo argentino en el Aeroparque de la capital a las 21h (la 1 de la madrugada, hora nuestra), pero no pudieron bajar del aparato hasta una hora más tarde, ya que no había escaleras disponibles para un avión tan grande como el suyo.
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En la pista de aterrizaje, dos grandes focos esperaban a Felipe y Letizia, para que salieran bien iluminados a las fotos. Pero los reyes tardaron tanto en salir de su avión que, durante la larga espera, una nube de insectos se instaló en el exterior de la aeronave, atraídos por la fuerte luz de las lámparas gigantes. "¡Qué mala pata!", debió pensar Letizia mientras todavía estaba dentro del avión. Un pensamiento que a la salida se convertiría en literal. Cuando la reina de España abandonó por fin el avión de las Fuerzas Armadas, decenas de aquellos mosquitos que la esperaban a fuera se ensañaron con sus piernas. Las cámaras pudieron captar la escena: tan pronto como puso un pie en territorio argentino, Letizia acabó con las piernas totalmente llenas de picaduras.
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En un primer momento, las fotografías de las piernas de la reina llenas de pequeñas heridas causaron sorpresa. Pero la prensa argentina ató cabos enseguida y encontró la explicación: Letizia, víctima del ataque masivo de los mosquitos del Aeroparque.