Justo el 7 de febrero, en el triste cumpleaños del trágico fallecimiento de Erika Ortiz, Annie Leiboviz, reunió a Felipe y Letizia en el Palacio Real para hacerles las fotografías para el nuevo retrato de los reyes con motivo del décimo aniversario de los monarcas en el trono, veinte años sirviendo a la corona como matrimonio y veinte años casados. Un año clave para la nueva Casa Real. Se renueva con otros aires y una nueva imagen artística.
Letizia es una amante del arte y la cultura, y estaba muy contenta con los trabajos de Annie, una de las fotógrafas de mayor éxito y con más premios. Se conocían de antes y siempre quiso que le retratase junto a Felipe VI. Durante aquel 7 de febrero, Letizia y Felipe, que llegaron por separado al Palacio Real en medio de rumores de distanciamiento, vaciaron toda su agenda institucional para atender durante todo el día a la conocida fotógrafa. Fueron horas de preparación y rodaje. Un día agotador para ambas partes. Incluso almorzaron juntos dentro de palacio para tomarse un merecido descanso. Aún sin terminar, los reyes vieron los resultados y quedaron muy contentos. Aunque algo extraño pasó entre Letizia y Annie para que esas imágenes se paralizasen en el tiempo.
Desacuerdos entre Annie y Letizia por las misteriosas fotografías que tardan en ver la luz
La fotoperiodista fue contratada por el Banco de España y se embolsó un total de 135.000 euros por este trabajo. Annie está acostumbrada a todo, pero no fue una sesión sencilla. Imponía mucha responsabilidad porque es un retrato que dará la vuelta al mundo y para unos reyes, las personas más importantes de un país. La presión era máxima. Annie habló con el Banco de España y con los reyes, también visitó las instalaciones en varias ocasiones para ensayos y contó con modelos. Tenía que tener todo preparado solo para disparar. Pero lo peor fue lidiar con Letizia, ella también dio su opinión sobre las fotografías y sus gustos y deseos, ya sabemos que a la reina no le gusta que se escape nada de su control. Tuvieron varias discrepancias a lo largo del día que lo hicieron interminable y agotable.
Parece que la amistad entre la periodista y la fotógrafa se habría roto por completo desde esa sesión. Las fotografías se retrasan más de lo previsto por incontables retoques y revisiones de la reina. La fotoperiodista debe cumplir con el encargo hasta el final, y el pago bien lo requiere, pero no quiere que cuenten con ella nunca más porque no tiene ninguna necesidad. Relación rota.
No obstante, se dice que las fotografías podrán ver la luz finalmente después del verano con la llegada del nuevo curso institucional en septiembre, después de las vacaciones de los monarcas. Todo el mundo estará expectante y sin duda este proyecto dependerá de la carrera de Annie, a la que a partir de ahora no le faltarán compromisos.