Letizia tiene un único plan de supervivencia dentro de Zarzuela: pasar de ser reina consorte a reina madre. Hay unanimidad en el análisis en todos los medios: Felipe y su nombre hombre fuerte Camilo Villarino han acabado con el asunto Del Burgo tocando dos teclas: desactivando al amante de la reina en los medios y apartando a Letizia de la primera hila. La reina ya no representa a la monarquía, no tiene actos oficiales propios desde hace 7 meses, aquel maldito 6 de diciembre cuando Del Burgo hizo estallar la bomba con la foto de la pashmina en el WC que vieron 26 millones de personas. Desde entonces Letizia preside un par de actos al mes. Está apartada, silenciada. Esta semana vuelve a suceder: Letizia no tiene un solo acto oficial, solo en Lloret de Mar como reina madre, dando apoyo a Leonor por los Premios princesa de Girona. Nada más. Este es el nuevo papel de la reina. Castigada y ensayando lo que puede llegar a pasar cuando los reyes firmen el divorcio y Letizia pierda el rango de reina consorte. Lo que no perderá nunca es la condición de reina madre pero no la puede ejercer con Leonor. Solo le queda Sofía.
La infanta Sofía es el recambio, la suplente, el plan B si Leonor no puede o no quiere ser reina. Felipe y Zarzuela pactaron con Letizia que como madre tuviera voz y voto en la educación de la heredera mientras fuera menor de edad pero al hacer los 18 años todo lo deciden el Gobierno y Zarzuela. Por eso Leonor ha ido al Ejército antes que en la universidad, por eso la princesa no tiene un papel testimonial como militar sino que pasa tres largos años haciendo la soldado. Ahora le toca la Marina, vivir en Pontevedra y a bordo de un barco durante todo un año. Y todavía le quedará un tercer año con aviones, helicópteros y paracaidistas en Murcia. Letizia no pinta nada en la futura reina y su papel menguante la aterroriza. Ha decidido dar el paso más inteligente: apropiarse de la pequeña: la infanta Sofía de 17 años queda bajo el control de la reina.
La estrategia de Letizia la pone al descubierto uno digital afín en la Corona, Monarquía confidencial: "Zarzuela ‘delega’ en la nueva secretaria de la reina la agenda de Sofía. María Dolores Ocaña será la encargada de coordinar los actos oficiales que presida la hija menor de los reyes". Casa Real se mueve con dos departamentos, cada uno con su secretario: el del rey y el de la reina, pero no son equivalentes. El del rey manda sobre todos y el de la reina obedece, pero se ha arrogado la agenda y los actos oficiales de la hija pequeña, que a finales de año encabezará por primera vez agenda propia, entregando unos premios de fotografía con su nombre, infanta Sofía. Si Leonor tiene los Premios Princesa de Asturias en otoño y los princesa de Girona en verano, Sofía quiere su trozo de pastel. En realidad lo quiere Letizia, que a partir de ahora gobernará lo que haga su hija pequeña a través de su mano derecha, la sra. Ocaña.
Letizia envía una señal con esta decisión controvertida: se resiste a quedar arrinconada y puede mover los hilos desde atrás. Le queda un arma: sus hijas. Como títeres para hacer ir la Corona para acá o hacia allí. Del Burgo fue un error del pasado. Letizia avisa: errores no cometerá más. Quiere quedarse para mandar y si no puede influir sobre el marido, lo hará sobre sus hijas. Reina madre. Les sobrevivirá a todos.