Ya sabemos desde hace tiempo que a Letizia hay una cosa que la obsesiona. ¿La monarquía española? No. ¿Cómo reina su marido? Tampoco. A la asturiana hay una cosa que la hace ser estricta a más no poder: tonificar su cuerpo y estar permanentemente en forma. La semana pasada en Valencia, presidiendo el Día Mundial de la Cruz y la Media Luna Roja, escogió de su armario un modelo chillón en la forma, el color y los detalles. Un fucsia llamativo de una marca valenciana que eclipsó las miradas de los presentes, un vestido con unas aperturas laterales muy pronunciadas, dejando el abdomen a la vista del público y marcando silueta de forma extrema. Un push up de la cabeza a los pies, vaya.

Letizia GTRES
Letizia y Reyes Maroto / Casa Real

Esta imagen, junto con una foto distribuida por la Casa Real donde se ve a la reina española saludando a la ministra de Industria, Reyes Maroto, y encajándole la mano, un brazo que algunos comparaban con Schwartzenegger o Stallone, incluso, con un cyborg, han vuelto a poner encima de la mesa un tema recurrente: Letizia se pasa horas y horas cuidando el más mínimo detalle de su alimentación y de su ejercicio físico para mantener un estado físico propio de una roca, a prueba de dulces y tentaciones. La reina sigue desde hace tiempo la dieta Perricone o de la eterna juventud, como la conocen, que consiste en el consumo de 10 tipos de alimentos: omega 3 (salmón y atún), frutas con fibra (piñas, peras, manzanas y frutos rojos), grasas saludables (aguacate), chiles y pimientos (efecto saciante), verduras (brócoli, espárragos, acelgas, espinacas), legumbres (especialmente lentejas), probióticos (yogures y lácticos fermentados), semillas y frutos secos, cereales (avena) y especias (cúrcuma, nuez moscada, jengibre, albahaca). Quedan terminantemente prohibidos el azúcar y derivados, harinas blancas, grasas o el alcohol.

Letizia / Casa Real

La alimentación, evidentemente, es primordial. Pero no sólo. Unos abdominales así no se consiguen como si nada, comiendo sólo sopas de acelga. También se machaca, y mucho, en el gimnasio... O no sólo en el gimnasio. Porque el diario La Razón acaba de publicar una información que, cuando menos, sorprende. Porque Letizia, para tener una barriga de hierro, se ha hecho instal·lar en casa ni más ni menos que un rocódromo. Sí, sí, un rocódromo de estos que están tan de moda, en la misma Zarzuela: "En más de una ocasión, se ha manifestado fan del pilates, zumba y spinning. Pero, además, es muy aficionada a la escalada –había pedido que se instalara un rocódromo en palacio–". Letizia trepando, como Juan Carlos huyendo por patas de España a la que han salido a la luz sus escándalos.

 

No es lo único que hace. También "da largas caminatas por los jardines de Zarzuela". ¿Y los brazos?:  "Es posible que, además de realizar un trabajo cardiovascular, Letizia desarrolle un trabajo de fuerza al menos tres veces por semana, bien de musculación, bien un trabajo más funcional con TRX", dice un experto consultado por el citado medio. Si la obsesión de Letizia por estar en forma fuera igual que la de los Borbones para no hacer el ridículo, eso que ganaríamos.