Desde hace más de un mes que la familia real española está hasta el cuello de rumores y señalamientos por parte de la prensa. Las polémicas declaraciones de Jaime del Burgo no dejan de perseguirlos, al punto de darse a conocer el malestar que atraviesa el matrimonio real actualmente. Es el peor escándalo que han tenido, llegando a abrir viejas heridas y rencores entre Felipe VI y Letizia. De hecho, periodistas como Pilar Eyre y Jaime Peñafiel afirman que su relación está totalmente rota. Leonor y Sofía dejan de ser prioridad para la reina en las condiciones de la separación, aparentemente, hay algo que le importa más. 

Leonor con Sofía EFE
Leonor con Sofía EFE

Felipe VI y Letizia son víctimas de su pasado, ahora expuesto, para que el país entero sea testigo de su época más difícil. En aquel entonces era distinto, Leonor y Sofía vivían su infancia y no tenían ningún conocimiento de lo que se decía públicamente de sus padres. La crisis que atravesó el matrimonio real en 2013 resultó imposible de esconder, ya que fue cuando el hijo de Juan Carlos I descubrió la infidelidad de su mujer. Los medios de comunicación tenían preparadas las noticias del divorcio, separación que no llegó a producirse. 

Además de la verdadera razón de su crisis matrimonial, se reveló que la asturiana tenía unas razones ocultas para permanecer en su matrimonio. No tiene que ver con el amor. 

Letizia siguió con Felipe VI, no por Leonor y Sofía, sino por poder 

Cuando Letizia engañaba a Felipe VI con Del Burgo, le decía que nunca había estado enamorada de su marido. Ya habría asumido que tenía que dejar a sus niñas para estar con el navarro. Como estaba establecido en las capitulaciones que firmó previas a su enlace, en caso de divorciarse, el príncipe de Asturias era el que se quedaba con los descendientes. El plan era ser madre por vientre subrogado una vez se hubiera establecido con su amante. 

La ex periodista quiso finalizar su matrimonio hasta que salió el caso Nóos y las fechorías del rey emérito. Cuando fue evidente que Juan Carlos tendría que abdicar, su nuera tuvo ante sí la oportunidad que tanto había esperado. Decidió seguir casada para ser reina. El dinero que se le ofrecía, las propiedades a su nombre y su amorío con el empresario no eran lo suficientemente tentador, lo que quería era ser la mujer más importante del país. Con la salida de los reyes eméritos, llegó la coronación y el trato se selló. 

¿Por qué Felipe aceptó? Como sus padres lo aconsejaron, era preferible mantener las apariencias. Volver a este tema ha sido catastrófico, se reabrió la posibilidad del divorcio. Pero las cosas han cambiado para Letizia, su nombre está por los suelos. Así que la ventaja de desaparecer con cientos de millones y con dos propiedades a su nombre no es algo que vaya a dejar pasar. 10 años después y su reacción vuelve a ser la misma, están por encima sus ambiciones que permanecer al lado de sus hijas. 

Antes de pasar a la ruptura definitiva, se contempla el cese de convivencia ante el público. Queda claro que lo de Felipe VI y Letizia es insalvable. A su vez, Leonor y Sofía no constituyen un obstáculo para poner punto final a su historia.