A sus 87 años, Juan Carlos I se enfrenta a un deterioro de salud que lo obliga a reflexionar sobre su futuro y, especialmente, sobre el destino de sus restos. El rey emérito ha expresado su deseo de ser enterrado en el Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial, un lugar reservado para los monarcas españoles. Sin embargo, esta aspiración choca con diversos obstáculos, y en las últimas semanas, han surgido rumores de que la reina Letizia estaría jugando un papel clave para evitar que se cumplan los deseos del emérito.

Según diversas fuentes cercanas a la Casa Real, Letizia estaría trabajando de manera discreta, pero firme, para que Juan Carlos no reciba los honores de un rey en funciones. Aunque el emérito abdicó en 2014, su deseo es que su entierro sea un acto de Estado similar al que tuvo la reina Isabel II en el Reino Unido. Sin embargo, la reina consorte estaría presionando para limitar los honores, abogando por una ceremonia más modesta que refleje su actual posición como Príncipe de Asturias.

Juan Carlos mirada al cielo
Juan Carlos mirada al cielo

El entierro de Juan Carlos I, a debate en el entorno real

Uno de los principales puntos de conflicto es el Panteón de los Reyes. Aunque Juan Carlos y sus hijas, las infantas Elena y Cristina, insisten en que este es el lugar adecuado para su descanso, el espacio se encuentra completo, lo que imposibilita, por ahora, cumplir con esta petición. Las infantas han sugerido incluso la ampliación del panteón, pero esta opción parece descartada por la falta de apoyo del Gobierno y de la propia Casa Real.

Entre las alternativas que se han puesto sobre la mesa destaca la posibilidad de inhumarlo en la Catedral de La Almudena, un lugar emblemático en Madrid que permitiría rendirle homenaje público. Otra opción sería habilitar un espacio dentro del Palacio Real, lo que mantendría una conexión simbólica con la monarquía española, aunque con un perfil más discreto.

Letizia quiere un funeral bajo mínimos para Juan Carlos I

En cualquier caso, Letizia estaría promoviendo que el entierro de Juan Carlos sea lo más alejado posible de los actos tradicionales que acompañan a un monarca en funciones. Esta posición no solo responde a la delicada situación institucional de la corona, sino también a los escándalos que marcaron el reinado del emérito, desde sus problemas con Hacienda hasta las controvertidas relaciones personales que mancharon su imagen pública.

Juan Carlos I y Letizia
Juan Carlos I y Letizia

El debate sobre el entierro de Juan Carlos también ha reavivado tensiones familiares. Las infantas Elena y Cristina defienden con vehemencia los deseos de su padre, en contraste con el enfoque pragmático de Letizia y el aparente silencio de Felipe VI, quien se mantiene al margen, consciente de las implicaciones políticas y sociales de cualquier decisión.