En los últimos años, Letizia ha enfrentado el desafío de dejar atrás los tacones altos, una parte distintiva de su estilo que inicialmente adoptó para sentirse más alta y lucir una imagen imponente, lejos de la sombra de Felipe VI y, posteriormente, con sus hijas Leonor y Sofía. Pero para presumir hay que sufrir. Y el uso prolongado de estos zapatos derivó en una dolorosa condición en su pie, conocida como neuroma de Morton, que afecta el metatarso, específicamente entre el tercer y cuarto dedo del pie. Además, se le ha diagnosticado metatarsalgia crónica, otra fuente de incomodidad y dolor constante en el pie.
Ambas condiciones provocan una sensación de tener una piedra o una arruga en el zapato, acompañada de un dolor agudo y entumecimiento en los dedos, aunque externamente no hay signos visibles de estas dolencias. A lo largo de los años, Letizia ha recurrido a infiltraciones para aliviar el dolor crónico. Pero ello no ha impedido que todo el mundo haya sido testigo de su sufrimiento.
El dolor de la reina Letizia desaparece por arte de magia
El momento decisivo llegó durante su visita oficial a los Países Bajos, donde se vio obligada a permanecer sentada en una silla durante una recepción con los reyes holandeses y, posteriormente, a ser acompañada en una silla de ruedas, lo que marcó un momento particularmente incómodo y visible para la reina.
Lo curioso es que tras aquel acto, Letizia se retiró de la agenda institucional durante varias semanas. Durante este tiempo, no se registraron compromisos oficiales, lo que llevó a especulaciones sobre la razón detrás de su ausencia y su influencia en la corona.
Sin embargo, la reina regresó a la vida pública dos semanas después en el Teatro Real. Y lo hizo con zapatillas deportivas. Algo que se justificó desde Casa Real apuntando que la reina se había lesionado un dedo al golpearse contra una mesa, lo que requería un calzado más cómodo temporalmente. Mientras que esta semana hemos visto como la consorte de España volvía a recurrir a los tacones que hace unas semanas no podía soportar.
Letizia se habría operado para olvidarse del neuroma de Morton
Estas estampas han levantado las sospechas sobre lo que realmente ha ocurrido. Así las cosas, hemos indagado sobre el asunto y fuentes cercanas a Zarzuela han confirmado discretamente que Letizia finalmente optó por someterse a la cirugía planificada para abordar sus problemas de pie. Como es habitual, la Casa Real ha mantenido silencio sobre este asunto médico personal, respetando la privacidad y el proceso de recuperación de la reina.
Esta versión, además, queda reforzada por el hecho de que su ausencia durante dos semanas de la agenda oficial de la institución coincidiría con el período de recuperación recomendado tras una posible cirugía.