Letizia ha tenido el lunes y martes sus dos únicos actos en solitario desde hace un mes. Felipe le ha levantado el veto insostenible que mantenía contra la reina de España, encerrada en casa para evitar que tomara protagonismo en una época donde, por consejo de Camilo Villarino, nuevo jefe de Casa Real y de acuerdo con Felipe, quien tiene que lucir es la rama royal de la familia, los que quedan: Felipe, Leonor y la reina emérita. Hace semanas que la agenda oficial solo tiene actos para ellos mientras Letizia, si sale, es para acompañar en actos presididos por Felipe. El lunes pudo presidir un concierto juvenil por los premios Princesa de Girona y martes una entrega de premios de literatura infantil. Letizia ya ha quedado reservada para presidir actos de enfermos, de niños o de niños enfermos. Muy importante, sí, pero fuera del foco del IBEX 35.
La lucha soterrada entre los reyes, Felipe para empequeñecerla y Letizia para sacar la cabeza, tiene una derivada: la cirugía estética. en la monarquía, la imagen lo es todo, y los dos cónyuges lo saben. En eso Letizia lleva años de ventaja a Felipe. La última aparición conjunta, el fin de semana en Zaragoza por la jura de bandera del rey, ha sido analizada al detalle por Pilar Eyre en su blog de Lecturas. Y lo que revela la reina de la prensa monárquica es que Letizia se ha vuelto a pinchar plasma en la cara para dejar en evidencia a Felipe, que no se retoca y aparece envejecido y arrugado. Literalmente, parecen padre e hija:
Escribe Eyre: "La reina iba sobria, con un traje pantalón de color azul cielo, top negro y zapato “casi” plano, como los adictos al tabaco que se van quitando poco a poco hasta que al final dejan de fumar. Creo que ha ganado un poco de peso en estas semanas de semi descanso después de su accidentado viaje a Holanda. Mostraba un rostro luminoso y limpio de arrugas, aunque también pudiera ser que se hubiera sometido a un tratamiento a base de plasma que, según se dice, se realiza cada seis meses. En fin, estaba guapa, rejuvenecida y muy natural". Eyre molt generosa amb la cara inexpressiva i acabada de punxar de Letícia, com cada mig any que es punxa sang a la cara. Segons una revista mèdica "utiliza inyecciones de las plaquetas de la sangre del paciente para acelerar la curación de heridas, ligamentos, músculos y articulaciones". Este es el resultado:
A Letizia le queda la misma cara que a todas las mujeres operadas, las cejas en forma de uve, pómulos exagerados, cara estirada poco natural y contraste con las manos arrugadas, de persona delgada de entre 50 y 60 años. Es lo que hay. Eyre es mucho más cruda con Felipe: "A Felipe, sin embargo, se le veía envejecido, parecía el padre de su mujer. La barba tan blanca le hace mayor, tiene arrugas pronunciadas y le falta esa ligereza al caminar que es patrimonio de la juventud. Está claro que era un acto castrense que requería porte marcial, pero no se apeaba de su envaramiento ni en los momentos de descanso, cuando posó con su hija". Camina como los elefantes, como Juan Carlos, y no se afeita ni se pincha como hace Juan Carlos, cosa que le pone más años. En la lucha por la imagen, Felipe se reserva el texto y Letizia las fotos.