Después del comentado viaje en solitario a México, la reina Letizia ha puesto rumbo a otro lugar. Ahora se ha trasladado hasta Senegal para poner en marcha otro viaje oficial, empezando la semana en el país africano, dispuesta a arrancar unos días de cooperación.
Al aterrizar, los flashes la pillaron charlando muy animadamente con la primera dama senegalesa, quien la recibió con todos los honores. Demostraron complicidada en todo momento y se dedicaron diversos gestos de cariño. ¿Se volverá a animar la Reina a protagonizar un desinhibido -y poco protocolario- baile?
Para estas cuatro horas de vuelo, la monarca escogió reciclar un vestido de Hugo Boss que estrenó este septiembre. Un diseño gris y negro con rayas verticales asimétricas generando una especie de efecto óptico, que hace que parezca una falda plisada. Un hipnótico vestido que sorprendió a la prensa británica cuando lo lució al inicio del curso escolar, y que ahora sigue llamando la atención.
Como complementos ha escogido unos salones negros de charol, una cartera de mano de piel de cocodrilo y unos pendientes en forma de estrella. Todo, mientras Marieme Faye la recibía con un ancho vestido de cuadros en granate y negro y un turbante negro. Dos estilos ciertamente muy diferentes.
La Reina estará allí cuatro días, apoyando varios proyectos de desarrollo social y defensa de los derechos de las mujeres, especialmente. Visitando la sede de la Cruz Roja en el país y reuniéndose con cooperantes españoles desplazados hasta allí. Cuatro días de apoyo a tareas humanitarias que liderará sin su marido.