Según el Corán, el libro sagrado de la religión musulmana, las mujeres tienen que guardar modestia y mantener la pureza y no mostrar su belleza. La tapan con un velo porque esta belleza sólo la puede ver su marido. En Marruecos la tradición es más laxa y Letizia ha decidido saltársela a la torera. Cuando ha bajado del avión en Rabat la esperaba el rey de Marruecos, Mohamed VI, a quien ha saludado al estilo occidental, con la mano, mirándolo a los ojos y sin taparse el pelo. Bien por Letizia.
Junto a Mohamed VI no estaba su mujer Lalla Salma, ahora parece que divorciada, que no acostumbraba a llevar velo. Escribe de Letizia el digital Jaleos: "En un país de cultura islámica debería haber dejado en los armarios de Zarzuela los escotes, los vestidos sin mangas y las faldas cortas". ¿Y los velos? Recordamos su indumentaria siendo princesa de Asturias de visita a Marruecos ahora hace 5 años:
Cinco años han pasado entre las dos visitas oficial y ahora Letizia, más operada y madura, escoge cuándo se pone el velo. Quizás se lo ahorra del todo y envía un mensaje a todas las musulmanas del mundo: ponéoslo si queréis.