Después de muchos días de dejarse ver por París, presenciando in situ muchas competiciones de los Juegos Olímpicos con representación de la delegación española, animando a los diferentes deportistas del país, la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han aparcado las acreditaciones, sus saludos y sus aplausos por los aplausos y saludos de la ciudadanía mallorquina que las ha visto este martes por la tarde paseando por Palma y yendo de tiendas. Las mujeres Borbón, sin Felipe, que sí estaba en París, después de una cena familiar, están pasando unos días de vacaciones en Marivent y aprovecharon para comprar algunos vestidos y complementos por la zona comercial de Palma, ante las miradas de los curiosos.
Las llevó a la zona la princesa Leonor con su coche, cometiendo una infracción, no llevaba la 'L' de conductora novata, ya que se ha sacado el carnet de conducir hace poco. Después, una vez aparcaron, pasearon mirando tiendas... Un paseo inclemente y absolutamente fuera de lugar, sobre todo por la hora y por la caloraca que caía a la hora que salieron a la calle, dispuestas a ir a alguno de los mercadillos, que tanto le gusta visitar a Sofía, llenos de piezas con muchos colores y mucha bisutería y bolsos veraniegos que siempre compra. Letizia y su suegra, haciendo el paripé de que ahora son muy buenas amiguis, la suegra y la nuera mejor avenidas del mundo. Historias para no dormir. Nadie se lo traga. Pero una diferencia con otros años, como dicen en Mujer: "Importante: la salida solía producirse por la tarde o tarde-noche, para evitar las altas temperaturas de estas alturas del verano".
No es extraño que la emérita pusiera esta cara de vinagre, acalorada, sufriendo como un ternero. Y es que cuando fueron a la plaza Mayor de Palma a las cuatro de la tarde, "no entraba en los planes de nadie", pero sí en los de Letizia. 40 grados caían a plomo en el centro de la capital balear. "Qué inexplicable es salir a pasear a las cuatro de la tarde en pleno verano. ¿Quizá Casa Real buscaba la franja horaria en la que menos personas estuvieran en la calle, para que nadie pidiera fotos, saludos y besos a Letizia, Leonor y ambas Sofías? Sea como fuere, la idea no fue del todo buena", dicen en el citado medio. Y tanto que no. Efectivamente, no había ni el tato. Nadie osaba salir bajo la solana, menos ellas cuatro. "Altísima temperatura y una humedad aplastante que afectó a la reina Sofía", mareada y que "en algunos momentos mostró cierto malestar por el calor. No se entiende muy bien que una persona con 85 años tenga que salir de casa a esas horas. Por mucho que convenga por otras razones".
Primer castigo de Letizia a Sofía. El segundo, cuando fueron a una tienda de nutrición. Una visita pactada previamente, propiedad de la mujer de un cantante y amigo de la reina. Sofía necesitaba aire acondicionado como fuera. Pero teniendo en cuenta que estaba así así por el calor, qué menos que haber entrado acompañándola, o detrás de ella: "Es algo que quien cuida a personas mayores integra en su rutina: ir siempre por detrás de ellas en las escaleras, por lo que pueda pasar". Y lo que estuvo a punto de pasar fue que Sofía casi se pega un sopapo al entrar. Y Letizia y sus hijas que entraron a la tienda antes que la yaya, "entraron rápidamente en el establecimiento, dejando a su abuela al final de la comitiva. Un detalle a tener en cuenta, pues esta tuvo un pequeño tropiezo que pudo haber terminado en susto"... Después de la experiencia, ¿volverá a salir Sofía con ellas cuando se lo propongan? Ya puestos, si quieren rematar a la emérita, el próximo día que salgan a la una del mediodía, cuando el sol pegue más fuerte.